Can lo consigue. Después de engañar a Sanem para pasar la noche juntos bajo las estrellas empieza a ver a la escritora con otros ojos. Después de varias semanas, por fin entiende lo que le enamoró de ella y empieza a descubrir todas esas cosas que le conquistaron y que están volviendo a hacerlo. Poco a poco, la pareja está cada vez más unida.
La magia empieza a surgir de nuevo. La locura de Sanem vuelve a hacer de las suyas. Los ojos de Can empiezan a mirarla de la misma forma que lo hacían y la escritora se da cuenta. Aún hay esperanza.
La noche les hace olvidar. Eso y unas copas provocan la confesión que marcará a partir de ahora a Can. "A mí me daba pánico que murieras. Te fuiste y me ingresaron pero tenía el presentimiento de que algún día volverías. Por eso me recuperé tan rápido de la depresión. Si no hubieras vuelto, ahora no estaría respirando. Ya sé que no recuerdas nada y no me importa. No te mataste en el accidente y con que estés vivo a mí ya me basta", le dice a Can. Y es que Sanem no se da por vencida y está dispuesta a conquistar de nuevo a Can.