La desconocida abuela de Jesús Calleja que le transmitió su afán aventurero: "Una mujer muy lanzada"

María, la madre de los Calleja, nos habla de la desconocida parte familiar de sus hijos como lo es su abuela paterna de quien les viene ese gen aventurero
El pueblo leonés donde Jesús Calleja tiene una casa: con menos de 300 habitantes y muy cerca de León ciudad
Kike Calleja es uno de los rostros más populares del periodismo de crónica social en televisión, y su hermano Jesús es uno de los aventureros más conocidos del país. Ambos comparten algo más que la fama: una inquietud por lo desconocido que ha marcado sus trayectorias. Su madre, María Calleja, también forma parte de esta familia singular. A sus 82 años, lleva una vida tranquila en León, pero con el corazón siempre alerta a las hazañas de sus hijos, ya sea descendiendo a la cueva más profunda del mundo o soñando con conquistar el espacio, un sueño que los hermanos han podido cumplir juntos. En una entrevista exclusiva con ‘Divinity’, María nos ha revelado algo que hasta ahora no se conocía: de dónde, o mejor dicho de quién, les viene ese afán por explorar los límites del mundo.

María nos habla de la abuela paterna de los Calleja
María abre la puerta a un recuerdo familiar apenas compartido antes: la figura de la abuela paterna de Jesús y Kike. “Ese espíritu de aventura viene de la abuela paterna, la madre de Julián”, nos cuenta. “Era una mujer muy lanzada, muy aventurera. Ya de mayor, cuando no había aviones, se iba en barco a América. Se fue a ver a su hermana a Brasil con 70 y pico de años”.
No era la única en la familia que llevaba el viaje en la sangre. “Mi bisabuelo, el abuelo de mi madre, también era muy viajero, era muy comerciante. Tenemos genes de negociantes”, nos dice y añade: “yo también soy muy aventurera”. No sorprende entonces que su nieto más joven, Nyamgal, hijo de Ganesh y nieto adoptivo de María, ya acompañe con tan solo ocho años a Jesús y Kike a la montaña: “Le están orientando, y es capaz de subirse”.
Así es la casa donde vive María en el centro de León
A sus 82 años, María Calleja vive en un piso en el centro de León que es un reflejo perfecto de su alma creativa y su historia familiar. Su hogar está lleno de objetos con valor sentimental: cuencos tibetanos, collares de hueso y figuritas traídas de Nepal, libros escritos por sus hijos, dibujos, y flores que ella misma cultiva en su terraza.
Pinta, escribe poesía, canta y comparte todo ese universo en Instagram, donde roza los 22.000 seguidores. Sus publicaciones están llenas de sensibilidad: poemas, reflexiones, imágenes de la naturaleza o recuerdos familiares. “Me crié en el campo, y para mí es vida”, cuenta. De hecho, muchas de las flores que cultiva las fotografía y luego las convierte en portadas de sus poemarios o en vinilos que decoran las puertas acristaladas de su salón.

Ese espacio, decorado con cariño y sin artificios, es su refugio. Entre plantas, pinceles y libros, María mantiene viva una conexión profunda con la naturaleza, la creatividad y el legado de su familia. En él conviven el arte, la aventura y la memoria, y desde allí sigue siendo una presencia fundamental en la vida de sus hijos y nietos.