Carla Restoy, influencer católica, opina sobre la fecundación in vitro: "El hijo es fruto de un proceso técnico en un frío laboratorio"
Tamara Falcó ha dicho en más de una ocasión que ha intentado quedarse embarazada con técnicas que estén dentro de sus "valores morales", por lo que descarta la fecundación in vitro
Hablamos sobre este asunto con Carla Restoy, influencer católica que nos explica las ideas que refuerzan este tipo de decisiones
Tamara Falcó contó hace un año que, tras unos meses intentado quedarse embarazada, había visitado a una médico en Barcelona que le había hablado de "diferentes opciones" dentro de sus "valores morales". "Además, estoy en tratamiento con Xavi Verdaguer, experto en medicina integrativa y psiconeuroinmunología. Estoy haciendo un tratamiento de fertilidad desde el interior", comentó en aquel entonces. Debido a la repercusión mediática que tuvieron sus declaraciones, unos meses después volvió a recibir preguntas interesándose por cómo avanzaba ese tratamiento de fertilidad. La hija de Isabel Preysler comentó entonces que estaba "muy contenta", pero que "al ser un método natural, tarda mucho tiempo".
Sin embargo, el pasado mes de junio, la marquesa de Griñón comentaba públicamente que había decidido darse un descanso de ese tratamiento porque se encontraba "muy saturada". "Me estaba afectando. Íñigo lo lleva mucho mejor, mientras que para mí era como una espada de Damocles", dijo sobre esa presión por ser madre. Y en sus últimas declaraciones, producidas el pasado 17 de septiembre, la hija de Isabel Preysler comentó que el tema de la maternidad era "el mismo". "O sea, cuando Dios quiera, si Dios quiere, y la verdad es que desde que lo pienso así estoy como súper tranquila al respecto", dijo ante los micrófonos de los compañeros de prensa.
La realidad es que, tal y como explicó cuando comenzó ese tratamiento natural, Tamara Falcó y otras muchas mujeres están en contra de técnicas como la fecundación in vitro para quedarse embarazadas. Para entender en qué consisten esas "diferentes opciones dentro de los valores morales", desde Divinity.es nos hemos puesto en contacto con Carla Restoy, una influencer católica que nos ha explicado su historia y las bases y pensamientos que fundamentan esta tipo de decisiones.
Los motivos por los que la iglesia católica se opone a la fecundación in vitro
¿Por qué se opone la Iglesia Católica a la fecundación in vitro? Carla Restoy nos explica que la iglesia rechaza "contundentemente a todo aquello que dañe al ser humano y a su dignidad". "La fecundación in vitro plantea serios problemas éticos y antropológicos, más allá de la religión. Desde el punto de vista del catolicismo el problema no es necesariamente de enfrentar alternativas naturales frente a alternativas artificiales, como podría razonarse desde un punto de vista ecologista", nos explica la influencer.
El deseo de ser padres, en palabras de Carla, es "profundamente legítimo, humano y bello", pero considera que "no todo lo técnicamente posible es éticamente aceptable". "Y a veces ese deseo hace que el foco no esté en el hijo, sino en el querer ser padre/madre a toda costa sin pensar en el hijo como centro. La fecundación in vitro (FIV), aunque ampliamente extendida, plantea serias cuestiones éticas que afectan a los derechos del embrión (que es un ser humano), a la dignidad de la persona, al vínculo conyugal, al vínculo materno y paterno-filial y al modo de entender la sexualidad y la procreación. Estos problemas (aunque silenciados) son objetivamente planteables, más allá de la fe, y por tanto pueden ser compartidos tanto por creyentes como por no creyentes", opina.
Entrando en profundidad a explicar cada uno de ellos, Restoy comienza diciendo que "el embrión no es un material biológico, es vida humana en su inicio". "El primer gran problema ético de la FIV es su tratamiento del embrión humano. En la mayoría de los casos, el proceso implica la creación de múltiples embriones, de los cuales solo una parte se implanta. Por lo que se manipulan y descartan vidas humanas con ADN único", dice.
Aquellos que no se implantan se congelan indefinidamente, se descartan "si no cumplen criterios genéticos o morfológicos" o se utilizan "para experimentación científica y son destruidos". Para Carla Restoy, todo esto implica que se considere al embrión humano ("que es un ser único, irrepetible y ya con su carga genética completa"), como material "descartable o utilizable, no como sujeto con dignidad propia".
Otro de los motivos por los que la iglesia católica se opone a la fecundación in vitro tiene que ver con la "ruptura del vínculo conyugal y disociación parental", según nos explica. "En los casos de FIV heteróloga (con donación de óvulos o esperma ajenos), el niño ya no es fruto del vínculo exclusivo de sus padres, sino del aporte genético de un tercero. Esta intervención externa rompe la unidad biológica y emocional del acto procreativo, introduciendo confusión en la filiación, con consecuencias psicológicas y jurídicas", dice Carla, que trata este asunto como un modelo de parentalidad "que puede fracturar la unidad familiar y generar interrogantes en el hijo sobre su identidad biológica, el vínculo con sus padres y su lugar en la historia familiar".
En este proceso, en palabras de Carla Restoy, se produce una "disociación entre amor y vida porque el acto sexual se queda fuera". "La FIV produce una radical disociación entre el acto unitivo (el abrazo conyugal) y el acto procreativo (el origen de la vida). El hijo ya no es fruto de un acto cálido de amor interpersonal (que sería lo óptimo), sino de un proceso técnico en un frío laboratorio. Esto supone un cambio profundo en el modo de entender la transmisión de la vida humana: de ser don entre personas, pasa a ser producto por el que se paga y generado en un contexto clínico. No es una crítica sentimental, sino antropológica: la concepción de la vida humana queda reducida a lo técnico, lo programado, lo controlable", nos cuenta.
Carla ha querido dejar claro que "no es una cuestión solo religiosa", ya que hay personas creyentes y no creyentes que defienden "una ética del respeto a la vida, la dignidad del cuerpo y la justicia social". "Incluso sin apelar a lo trascendente, muchas personas sienten (de forma acertado) que hay algo feo y éticamente inquietante en “fabricar” la vida en un laboratorio", nos dice.
Y, por último, también habla de la "mercantilización de la vida y desigualdad de acceso": "La FIV ha generado una poderosa industria que mueve miles de millones al año. Se ofrecen paquetes con 'garantías', selección de sexo, gestación subrogada, congelación de óvulos… Esto plantea otro problemas más: la mercantilización / tráfico de la vida humana: hijos 'a la carta', embriones almacenados como 'reserva genética', mujeres contratadas como gestantes…".
Los caminos "éticos, científicos y eficaces", como la Naprotecnología, que sí propone la iglesia
"La iglesia —y muchas personas que comparten una visión integral de la persona humana— no se limitan a decir 'no'", nos explica Carla. La congregación no rechaza la medicina ni el deseo de ser padres, al contrario, propone "una visión más profunda". "Ver la sexualidad como una realidad integral, no aislada del resto del ser humano. No se trata de 'quedarse embarazada' como un objetivo a cumplir o un deseo a satisfacer sino de cómo se llega a ello y con qué objetivo. Por eso propone y ofrece caminos éticos, científicos y eficaces, como la Naprotecnología (Natural Procreative Technology) que tienen en el centro la salud integral de la persona viendo el embarazo como una probable consecuencia de ello", nos cuenta.
No se trata de cerrar puertas al deseo de ser padres, sino de buscar "el enfoque que merece y de abrir caminos más humanos, más científicos y más éticos". Carla habla de la Naprotecnología como una alternativa "real y eficaz". "En lugar de sustituir el acto conyugal, se enfoca en restaurar la fertilidad natural. Es decir, esta técnica busca identificar y tratar las causas reales de la infertilidad en la mujer y el hombre:
- Estudia las causas médicas de la infertilidad (hormonales, ginecológicas, etc.).
- Propone soluciones médicas concretas para restaurar la salud (Para que la mujer esté sana y el hijo pueda ser concebido del encuentro íntimo de los esposos)
- Respeta y vela por la salud de la mujer y la dignidad del embrión.
- Respeta el ritmo del cuerpo, sin agredirlo ni someterlo a procesos invasivos que no se realizan en pro de la salud de la mujer".
La influencer nos comenta que su tasa de éxito es "comparable o superior" a la FIV en muchos casos y cada vez más personas ("incluso no creyentes") la eligen por sus ventajas "humanas, éticas y médicas". "Es una propuesta que une ciencia y ética, sin renunciar al deseo legítimo de ser padres y de que el amor entre hombre y mujer dé fruto de forma natural. Por supuesto, también promueve la adopción y la acogida siempre que en el centro esté el querer contribuir a que ese niño tenga esa familia de la que carece y merece y no tanto llenar un vacío", nos ha explicado.
Para terminar, Restoy nos dice que "el problema de la FIV no es solo moral o religioso, es humano, profundo, y afecta a cómo entendemos la vida, la sexualidad, el cuerpo, la mujer, el ser hijo, la tecnología y la dignidad humana". En su opinión, se ha tomado "muy a la ligera" y considera que han "muchas mujeres víctimas de la desinformación y la despreocupación por nuestra salud de forma integral". "La postura de la iglesia sobre estos temas no nace del moralismo ni del miedo, sino de una visión profunda del cuerpo, la vida y el amor. El cristianismo no teme al deseo de ser padres, ni a la ciencia, al contrario: teme que, en nombre de ese deseo, se olvide que la vida es don, que el cuerpo es sagrado, y que el amor verdadero no se fabrica, sino que se entrega. Por eso, propone caminos que no sacrifican ni la ética ni la esperanza. Sino que buscan la plenitud de la persona en su ser hombre o mujer", nos ha dicho en esta charla en exclusiva.