Álvaro Bilbao, neuropsicólogo, sobre cómo conseguir que los niños entre 2 y 4 años obedezcan: "No hay que razonar"
Los niños entre 2 y 4 años desobedecen porque están desarrollando su autonomía y probando límites
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Educar es todo un reto y en muchas ocasiones los padres se enfrentan a situaciones que no saben manejar. Cada etapa tiene sus problemas y sus complicaciones, pero en la mayoría de los casos, una de las cosas que más preocupa a los padres es que sus hijos no les hagan ningún caso y desobedezcan reiteradamente. Esta situación se da de forma recurrente entre los niños con edades comprendida entre los 2 y 4 años, que están desarrollando aún su autonomía y probando los límites para ver hasta donde pueden llegar.
Más allá de conocer las causas que están detrás de ese comportamiento, los padres buscan soluciones que les ayuden a que los más pequeños de la casa obedezcan y sigan las instrucciones que se les da sin que eso desemboque en un conflicto entre padres e hijos. A este respecto, el neuropsicólogo y divulgador Álvaro Bilbao, nos ofrece las claves para lograr que los niños hagan caso a sus padres.
Estrategias para que los niños de 2 a 4 años obedezcan
No siempre es fácil, pero Álvaro Bilbao tiene tres estrategias sencillas para que los más pequeños atiendan a los órdenes que les dan sus padres y obedezcan sin que esas instrucciones que les damos se desemboquen en una tensa situación o que simplemente ignoren lo que les decimos y se nieguen a hacerlo.
- Lo primero que hay que hacer es descender a su nivel y decir su nombre. Tras esto, es importante bajar la voz cada vez más ya que eso favorece la atención y que finalmente colaboren con nosotros. "Los niños tienen que poner más atención a un adulto que susurra que a uno que grita y esa atención que me están prestando facilita la colaboración".
- Con los más pequeños hay que utilizar la técnica 'validar y continuar'. Con esto, cuando el pequeño expresa que no quiere hacer algo, los adultos validamos esos sentimientos, pero no nos detenemos en ellos y siguiendo con la actividad que estamos haciendo.
- El último consejo que ofrece es Álvaro Bilbao es "no razonar mucho con ellos, especialmente si están activados emocionalmente". El neuropsicólogo indica que hay que explicar las cosas una única vez para que "entiendan y vayan desarrollando su capacidad de razonamiento". Por supuesto, no hay que entrar en debates ni alargarnos en discusiones lógicas. De esta forma, los pequeños "perciben que tengo claro el camino y es más fácil que me sigan".
Pautas para que tu hijo te hable después del colegio
Uno de los grandes problemas al que se enfrentan muchos padres con la vuelta al cole es el silencio de sus hijos. Los ni ños se muestran parcos en palabras y apenas comparten nada sobre lo que han hecho en el colegio, con quien han jugado o qué han aprendido. Los padres se desesperan ante esta situación que, según explica Rocío Ramos-Paul está en muchas ocasiones provocadas por los propios progenitores, que no saben orientar la conversación para que esta fluya.
La psicóloga pone el foco en los adultos y asegura que el problema es la forma en la que inician la conversación con los hijos. "Quizá no estamos haciendo la pregunta que fomente la conversación. Estamos errando en la pregunta", dice la psicóloga sobre la primera pregunta con la que muchos padres inician la conversación. '¿Qué tal?' es una cuestión "demasiado abierta", por lo que hay que buscar otras estrategias. Centrar el tema y preguntar por cosas concretas como '¿A qué has jugado?' o '¿Te has reído hoy?' puede servir para iniciar esa charla.
Los adultos también pueden ser quienes empiecen a contar cómo les ha ido el día o qué han hecho. De esta forma "estamos enseñando habilidades sociales y el inicio de una conversación". Tras esto, "recuperamos la información que teníamos del día anterior" y la utilizamos para seguir preguntando y trabajar así "la reflexión", que "empiecen a controlar" y "la atención". Llegados a este punto la conversación comenzará a fluir porque el pequeño ya sabe que "estoy atendiendo y que tengo interés en lo que me cuenta", explica la psicóloga.