Carla Vigo, sobrina de la reina Letizia, se rompe al hablar de su madre: "Lo hizo lo mejor que supo"

  • Carla Vigo se ha roto al recibir una dura crítica en las redes sociales

  • Un usuario ha asegurado que la sobrina de la reina Letizia "necesita demasiado amor por la falta de su madre"

  • La hija de Érika Ortiz ha respondido a esta persona asegurando que su madre "lo que pudo me lo dio lo mejor que supo"

Hace 15 años, concretamente la mañana del 7 de febrero de 2007, el fallecimiento de la hermana de la entonces princesa de Asturias copaba los titulares de la prensa mundial. El cuerpo de Érika Ortiz, de 31 años, era hallado sin vida en la casa de Vicálvaro en la que residía y que había adquirido la actual reina de España con sus primeros ahorros. Su trágico fallecimiento dejaba a su familia sumida en el dolor, especialmente a Carla Vigo, su hija, que se quedaba huérfana con tan solo cinco años.

La sobrina de la actual reina de España, que en la actualidad tiene 21 años, se ha roto al recibir una crítica en las redes sociales que afirma que hoy en día “no sabe ni lo que quiere”, ya que “necesita demasiado amor por la falta de su madre, y lo único que hace es criticar a su tía” Letizia. Un “vomitivo” comentario que ha replicado la propia actriz a través de una historia de Instagram en la que ha aparecido con los ojos vidriosos ante el daño que le había generado leer tal afirmación.

"La persona dice algo así como que mi madre no me dio amor y que trato mal a la gente que quiero… Qué amor me va a dar si viví cinco años y cuatro meses… lo que pudo me lo dio lo mejor que supo y súper bien así que no hables de temas así", replicaba bastante dolida, dando un consejo a todos aquellos que se dedican a enviar mensajes de odio en las redes sociales: "La próxima vez que alguien comente algo así, por favor, pensároslo muy bien porque puede ser algo que haga mucho daño a la persona que se lo decís".

¿Cómo se enteró Carla Vigo de la muerte de su madre?

En un extenso reportaje para la revista Lecturas, Vigo hablaba largo y tendido de cómo se enteró del fallecimiento de su madre. "Me lo dijeron en casa, también lo leía fuera. Pasé unos días muy enfadada con mi familia por no habérmelo contado antes", recordaba Carla, que no era capaz de entender el motivo por el que decidió quitarse la vida: “¿Qué habría pasado para que llegara a ese punto? ¡No te puedes poner en su piel!", comprendía con el paso del tiempo.

Para gestionar su duelo, Carla decidió escribir una serie de cartas a Érika que aún conserva. "No sé para qué, las guardaba en un cajón. A veces las leo". Una forma de conservar los pocos recuerdos que le quedan de su progenitora ("los que tengo son muy bonitos"), la cual está convencida de que estaría muy orgullosa de ver cómo cumple su sueño de triunfar sobre las tablas.