La carrera de Isabel Gemio como presentadora de televisión despegó en la década de los 90. Primero, lo hizo con el programa 'Lo que necesitas es amor' donde personas anónimas acudían para recuperar o conseguir el afecto de alguien con quien finalmente se encontraba en plató. El argumento quizás ahora nos resuene, pero, por aquel entonces, fue de lo más innovador.
Tanto que tuvo un gran éxito de audiencia y la catapultó directamente a otro nuevo espacio: el célebre 'Sorpresa, ¡Sorpresa!', uno de los programas más populares de la televisión en nuestro país. Era un formato heredado de otros países que en Italia, por ejemplo, presentaba Raffaella Carrá, y que consistía en dar sorpresas en plató también a personas anónimas por petición de sus familiares o allegados.
A partir de entonces, llegaron los galardones y reconocimientos traducidos en más programas. Una extensa trayectoria que ha convertido a Isabel Gemio en un referente del mundo de la comunicación. Pero, como cualquier persona, también tenía sus aspiraciones personales. Por eso, en mitad de esa vorágine, decidió convertirse en madre junto a su entonces pareja, Nilo Manrique, y adoptó a Gustavo. Más tarde, tendría a su hijo menor, Diego.
En el photocall de 'OCO, The Show', hablamos con la extremeña sobre su faceta como madre y cómo ha conseguido conciliar su vida familiar con su carrera. "La conciliación es un cuento que nos vendieron", sentencia. Isabel Gemio explica sin tapujos que ella, además de madre, también es mujer y que sus hijos han sabido entenderlo siempre. Reconoce que podría haber pasado más tiempo con ellos, pero "no quería renunciar a nada", afirma y asegura que sus hijos "la han perdonado".
Respecto a la exposición pública de sus hijos, ella prefirió mantenernos en el anonimato cuando eran pequeños porque "no tenían que pagar mi fama", señala. Ahora, que son mayores, lo viven con naturalidad y solo acuden a eventos puntuales, cuenta. Y ella, aparte de su labor en la Fundación Isabel Gemio, se ha embarcado en un nuevo proyecto laboral muy actual, un podcast. Nuevas ilusiones que demuestran que la maternidad no está reñida con la realización profesional y que siempre se puede seguir creciendo.
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