La boda pilló por sorpresa a muchos. Mientras todo el mundo ponía el ojo en el enlace entre Meghan Markle y el Príncipe Harry, Cesc Fábregas lo tenía todo listo para celebrar su amor con Daniella Semaan. El evento tuvo lugar en Inglaterra, en el hotel de lujo 'Cliveden House', justo el mismo en el que la ahora Duquesa de Sussex se despidió de su soltería. Los invitados no fueron muchos. La pareja se quiso centrar en una ceremonia íntima a la que acudieron rostros de su entorno más cercano, como la madre del novio, que ejerció de madrina, o su hermana.
También estuvieron los niños. Lia, Capri y Leonardo, fruto de la relación del ya matrimonio, y Joseph y María, hijos del exmarido de Daniella. Los pequeños se lo están pasando bomba en las vacaciones organizadas por sus padres después de darse el 'sí, quiero'. Hace apenas unos días, fue Cesc el que compartió varios fotos de sus planes en familia, con los críos haciendo el ganso. Como se puede ver en las imágenes, padres e hijos comparten una relación extraordinaria.
Difícil olvidarse de los estilismos de los novios en la boda. Nacho Montes, nuestro experto en protocolo, ya dio su veredicto con sus 'aciertos y errores'. En su día, ambos apostaron por lo tradicional. Ella escogió un vestido con escote corazón, de encaje y con mangas de tul bordado y pedrería. Un diseño de Rosa Clará que, como colofón, completó con un velo de una longitud de 3,5 metros, hecho con tul de seda manual. Por lo demás, Daniella Semaan llevó el pelo suelto y, como complementos, joyas y mucha pedrería.
Cesc Fábregas, también muy clásico, quiso pisar el altar con un tradicional esmoquin de color negro que, como toque original, destacaba por sus solapas de terciopelo. Todo a juego con sus zapatos, decorados de estribos. Ahora, ya alejados del glamour del altar, los novios ya disfrutan tranquilos de su matrimonio.