Elena Tablada, orgullosa de haber construido una familia unida con sus dos hijas: "Soy capaz de más de lo que imaginé"

Elena Tablada ha despedido el mes de enero por todo lo alto. La celebrity ha cumplido 40 años y las restricciones sanitarias por el coronavirus no han impedido que tenga una celebración a la medida de esta redonda cifra. Un fin de semana muy completo donde ha disfrutado de la compañía de su entorno más cercano y en el que ha tenido muy presente a los que ya no están. Globos en color pastel, muchas flores, velas, bailes y deseos en una señalada fecha en la que la diseñadora de joyas ha echado la vista atrás para hacer balance de todo lo que ha vivido. Acompañada de sus dos hijas y de Javier Ungría, su marido, la influencer ha soplado las velas de su tarta y ha dejado claro lo orgullosa que se siente de su familia.

Sentados en la mesa para degustar el pastel, la familia ha sido fotografiada mientras se daba un abrazo conjunto cargado de besos. “Conseguí esto… lo mejor que he hecho. Soy capaz de más de lo que imaginé”, escribía emocionada Tablada al finalizar este día lleno de emociones. “Pido a la vida que ilumine mi camino, que me de paciencia y sabiduría para mantener unido lo que hoy tengo”, lanzaba su deseo en este post, en el que han jugado con la perspectiva para evitar que el rostro de Ella y así proteger su identidad, tal y como solicitó David Bisbal en los juzgados.

“Gracias a la vida por todo lo que me ha regalado, en especial a mi familia”, clamaba Elena, que ha compartido algunos vídeos pasándoselo en grande y bailando junto a sus dos pequeñas, a las que ha definido como “sus mejores regalos”.

Para esta ocasión tan especial, la cumpleañera ha escogido un vestido de corte recto con apertura lateral en color rosa palo. Por su parte, la hija del cantante y la modelo, de 10 años, se ha puesto un vestido de Mickey mouse y unos tacones negros que, en palabras de la propia Tablada, no pertenecerían a su madre.

El deseo de Elena Tablada por su 40 cumpleaños

Además de bailar, comer dulces y abrir regalos, la diseñadora también ha sacado tiempo para reflexionar sobre lo que espera de ahora en adelante y recordar a los seres queridos que no han podido estar con ella tanto por las normas impuestas como por su fallecimiento. “No pensé subir de escalón así. Extraño a los que están arriba, mucho, cada día me une más un hilo invisible con el cielo”, afirmaba en una publicación, en la que confesaba que todos los años pedía al soplar las velas que sus abuelos permanecieran con ella otro año más. “Hoy, por desgracia, ya no puedo pedir eso”, reconoce la empresaria, que no ha dudado en comentar lo mucho que les extraña, desvelando que ahora lo que pide es que pronto podamos recuperar nuestras vidas y “desaparezca el miedo con el que nos han hecho vivir”.