El conocimiento del propio cuerpo ayuda a decidir sobre la maternidad

  • Para planificar el proceso reproductivo es crucial conocer nuestro propio cuerpo

  • Sabiendo el estado de nuestra fertilidad podremos tomar decisiones sobre la maternidad

  • Lograr un embarazo natural se complica a partir de los 35 años

Se calcula que una de cada cuatro personas en España puede tener problemas para concebir de forma espontánea. Un impedimento asociado al retraso de la maternidad y paternidad, así como al estilo de vida contemporáneo. Teniendo en cuenta esto, que a partir de los 35 años es más complicado conseguir un embarazo natural, conocer nuestro propio cuerpo y tener información sobre el estado de nuestra fertilidad es fundamental a la hora de tomar decisiones.

Si estamos al tanto de nuestra situación, la ciencia siempre va a estar de nuestro lado para ayudarnos a postergar el momento de ser madres por medio de avances en fertilidad tan sencillos y accesibles como la vitrificación de ovocitos, una técnica clave a la hora de planificar nuestro proceso reproductivo.

Realizar un estudio de la reserva ovárica es clave para planificar nuestra capacidad reproductiva

Que la edad sea un problema es muy sencillo de entender: a partir de los 35 años, la reserva ovárica y la calidad de los óvulos de toda mujer disminuyen de forma notable. De ahí que, como defiende el doctor Joaquín Llácer, director médico de Ginefiv, igual que nos interesamos por saber más sobre qué patologías podríamos sufrir en un futuro, también deberíamos tener acceso al estado de nuestro sistema reproductivo para así "evitar frustraciones".

Para ello, realizarse un estudio de la reserva ovárica es necesario. Se puede realizar mediante dos sencillas pruebas: el recuento de folículos a través de una ecografía vaginal rutinaria, y el análisis de la hormona antimulleriana, que también se puede incluir en cualquier revisión ginecológica anual.

“A partir de la información proporcionada por estas pruebas se puede empezar a planificar la maternidad a corto o largo plazo y optar por opciones seguras como la vitrificación de ovocitos”, argumenta el experto.

Esta técnica de criopreservación ultrarrápida permite a las mujeres posponer el momento de ser madres si recurren a ella antes de los 35 años, ya que garantiza que la calidad y cantidad ovocitaria se encuentran en el mismo estado que cuando se llevó a cabo el procedimiento. Pero, ¿en qué consiste exactamente?

La vitrificación, una técnica que va más allá de la congelación de ovocitos

Para congelar los óvulos es importante tener en cuenta que es recomendable vitrificar las células reproductivas antes de llegar a los 35. A esas edades tenemos mejor reserva ovárica, así como calidad ovocitaria, y esto se traduce en tener más posibilidad de embarazo en el futuro con menor riesgo de aborto.

A partir de esa edad habrá que valorar su conveniencia en cada caso según la circunstancia de cada paciente, dejando de ser aconsejable más allá de los 42. También se ha de saber que, dependiendo de la reserva ovárica de cada mujer, a veces es necesario someterse a más de un tratamiento de estimulación ovárica para obtener una cantidad adecuada de ovocitos.

Este es un procedimiento sencillo que suele durar aproximadamente 15 días. Comienza con una ecografía vaginal en los primeros días de la regla en la que se realiza un recuento de folículos antrales en ambos ovarios, se explica el procedimiento de administración de la medicación y se inicia la fase de estimulación ovárica en donde se realizan controles ecográficos regulares.

Es una medicación que “se tolera muy bien, ya que son las mismas hormonas que produce nuestro cuerpo pero administradas de forma externa para que pueda crecer el mayor número de folículos que se pueda obtener dependiendo de la reserva ovárica de cada mujer”, argumenta la doctora Mariolla Parra, ginecóloga con amplia experiencia del equipo médico de Ginefiv en Madrid.

Una vez superada esta primera fase, se induce la ovulación y se pasa a la segunda fase: la punción ovárica, que es una intervención sencilla, ambulatoria, que no requiere hospitalización y que dura entre 5 y 10 minutos. “Tras comprobar en el laboratorio que la muestra contiene los ovocitos se procede a utilizar el sistema de enfriamiento rápido para evitar que se formen cristales de hielo en su interior y después son introducidos en nitrógeno líquido para su conservación”, desarrolla la especialista.

No obstante, antes de someterse al procedimiento “es necesario valorar la idoneidad del tratamiento en cada caso y que las mujeres conozcan esta opción para no perder la oportunidad de ser madres en futuro, si se desea”, explica la ginecóloga.

Los hábitos de salud influyen directamente en el cuidado y preservación de la fertilidad

Más allá de estos avances, mantener un estilo de vida saludable es clave para cuidar la capacidad reproductiva. Una tarea pendiente de la sociedad española que no va necesariamente ligada al deseo de ser madre joven, sino a la posibilidad de decidir en el futuro. En este sentido, hábitos como el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol o el sedentarismo afectan tanto a mujeres como a hombres y reducen las posibilidades de lograr una gestación exitosa de forma espontánea o mediante técnicas de reproducción asistida, siendo también nocivos para el cuidado de la salud en general.

Por eso “asistir a las revisiones ginecológicas anualmente, intentar dormir las 7-8 horas recomendadas por los profesionales médicos, cuidar la alimentación, practicar deporte y suprimir el consumo de sustancias adictivas son algunas medidas básicas que adoptar para llevar un estilo de vida saludable y preservar nuestra fertilidad”, apunta el doctor Llácer.