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Siempre se habla de Marta. La hija pequeña de Amancio Ortega siempre fue considerada la única celebrity del clan Inditex. Su vinculación con la compañía familiar, de la que es heredera y en la que hasta ahora se encargaba de las nuevas colecciones de cada una de sus líneas de mercado, ha provocado que su faceta personal ocupe centenares de portadas desde que su padre hizo de una marca un imperio. Pero hoy el titular es otro: a partir de abril de 2022 asumirá la presidencia del emporio en lugar de Pablo Isla, una desvinculación "de mutuo acuerdo" que la colocará en primerísimo primer plano.
Pero esta dinastía, por llamarla así, tiene su intríngulis. Marta Ortega es su única hija con Flora Pérez, su segunda mujer. Antes, el gallego estuvo casado con Rosalía Mera, madre de sus dos primogénitos. Hablamos de Sandra, de 51 años, y Marcos, de 48, dos personas que han generado el interés opuesto a su hermana menor.
Para entender el entramado familiar de uno de los diez hombres más ricos del mundo debemos remontarnos a 1966, año en el que se casó con Rosalía Mera. Con ella no solo formó una familia. También fundó la compañía española más rentable hasta la fecha. Todo a raíz de un pequeño negocio en su casa de A Coruña.
Rosalía, que era costurera, diseñaba ropa de trabajo. Y de aquel pequeño taller nacieron Zara, Massimo Dutti, Pull&Bear, Stradivarius y las más de diez firmas que completan este emporio made in Spain. A su muerte -falleció en 2013 a causa de un derrame cerebral- la fortuna de Mera ascendía a la friolera de 4.700 millones de euros.
Cuando Sandra, la mayor, apenas tenía 16 años, sus padres se separaron. Desde entonces decidió mantenerse bajo las alas de su madre y tomó una decisión: alejarse todo lo posible de los focos, algo que ha conseguido con éxito. Los datos que han trascendido sobre su vida privada son los justos.
Se casó con Pablo Gómez, un amigo de la adolescencia. Con él formó familia numerosa: Martiño, Antía y Uxía. El mayor es universitario y la menor es aún una adolescente. Como su padre, Sandra también ha hecho su nido en A Coruña, concretamente en Oleiros. Por lo demás, si intentamos investigar, la misma palabra se repite: discreción.
En lo profesional, la hija mayor de Amancio Ortega ha sabido gestionar todo lo que le dejó su madre tras su muerte. Goza del 5% de las acciones de Inditex. También de Pharma Mar, herencia de la fuerte apuesta de su madre por el grupo Zeltia. Por sí misma ha recogido sus frutos de la mano de Rosp Corunna, la sociedad inmobiliaria con la que ha creado su propio éxito empresarial.
Centrarse en Marcos, su hermano mediano, es otra de las facetas que más tiempo ocupan a la mayor del clan. El segundo hijo de Rosalía Mera sufrió una grave parálisis cerebral, principal motivo por el que su madre impulsó a lo largo de su carrera varias iniciativas para lograr la integración social de las personas con discapacidad.
Y en el lado contrario está Marta. Aunque su relación con la prensa es nula -apenas ha concedido entrevistas, no tiene Instagram y jamás ha acudido a un photocall-, la musa de Zara es requeteperseguida por el papel couché desde que se le impuso el título de it girl.
Lo que sucede dentro de su casa también ha sido del interés de los quioscos. Primero se la persiguió por su matrimonio (y posterior divorcio) con el jinete Sergio Álvarez Moya, padre de Sergio Álvarez Moyasu hijo Amancio. Juntos estuvieron de 2012 a 2015.
Después llegó Carlos Torretta, su actual marido y padre de su segunda hija, Matilda, a la que ha dado a luz hace apenas unos días. Con su boda (uno de los eventos más top del pasado año) se juntaron dos herederos textiles. Y también se confirmó la aparentemente distante relación de Marta con sus dos hermanos, que según la prensa no quisieron presenciar uno de los hitos de la menor de los Ortega.