Es la mujer del momento. Todo el mundo habla de ella, de su faceta artística y de todo lo que sucede a su alrededor, dentro y fuera de nuestras fronteras. Hay un antes y un después en la vida de Chanel Terrero tras conquistar Europa en el festival de Eurovisión con su pegadizo Slomo. Su esfuerzo, su trabajo y su confianza ciega en la candidatura –pese a recibir miles de críticas tras el Benidorm Fest- merecieron finalmente la pena. Esta bailarina catalano-cubana de 31 años hizo historia en el que ha sido el reto más importante de su trayectoria hasta la fecha.
Un concurso de gran magnitud en el que brilló junto a sus cinco bailarines, logrando la mejor posición de España en los últimos 27 años (3ª) ante la atenta mirada de uno de sus pilares, su madre. Marlene Martínez ha visionado, al igual que todo nuestro país, como su Chany, así suele llamar a la cantante de manera cariñosa, se ha convertido en una auténtica estrella en tan solo cinco meses. No hay persona en este país que no haya hablado de su hija y del impecable espectáculo que montó en Turín.
Marlene ha arropado a su primogénita no solo en este, sino en todos y cada uno de sus proyectos, presumiendo cuando tiene ocasión de lo especial que es Chanel, pero no por su innegable talento, sino por cómo se comporta con la gente que la rodea cuando se baja del escenario. “Niña mía, no es lo que tienes, es lo que eres”, está orgullosísima de sus valores.
Fue la protagonista de nuestra noticia la que decidió viajar desde La Habana a España para iniciar una nueva vida junto a su hija de tres años. La cubana se instalaba en Barcelona por una relación que prosperó y que a día de hoy sigue aportando cosas positivas no solo a ellas, también a Betlem Cuadrado, la hermana de Chanel por parte de madre, quien, por cierto, mantiene una estrechísima relación con nuestra representante.
Agradecidos debemos estar también por este tercer puesto a Marlene, que en estos años no ha permitido que Chanel tirara la toalla o renunciara a cumplir sus sueños. Ella es su referente y la persona que le ha enseñado a ver el lado positivo de las cosas: “Gracias por enseñarme que después de un día malo, viene uno bueno. Por reírte de todo y perder la vergüenza. Por tus consejos profundos y tus canciones preciosas. Por calentarme las manos de camino al cole. Por ser la mami más divertida que se pueda tener en cuanto salí de tu barriguita”.