Tamara Gorro tiene un plan para cuando sus hijos Shaila y Antonio sean mayores de edad

Son tantísimos los 'hijos de' a los que hemos visto crecer que ya tenemos experiencia suficiente como para saber que todo puede pasar. Todo, salvo que sus padres les trasmitan a esos menores criados entre focos unos valores que les hagan seguir pisando tierra cuando sean independientes. En esto mismo están trabajando Tamara Gorro y Ezequiel Garay, influencer y futbolista de élite, a la hora de educar a Shaila y Antonio.

Así nos lo hizo saber la primera en una entrevista que concedió en exclusiva a esta web y que puedes ver dándole al play al vídeo. "No es que yo me esfuerce en inculcarles nada, si en mi vida fuesen normal esos lujos se los daría a mis hijos. Hay gente de mi entorno que me critica por eso, pero yo soy de las que si mis hijos no quieren ni estudiar ni trabajar, no tendrán dinero, y no se lo voy a dar. No les faltará comida ni techo, pero eso es otra cosa. ¿Qué educación es esa?", nos manifestó en su día.

Ahora, un par de años después de darnos estas declaraciones, Tamara ha vuelto a incidir en este tema al ser preguntada por cómo se tomaría que sus dos hijos quisiesen dedicarse a las redes sociales como ella. "Le diría: 'Defíneme qué es eso", ha respondido en otra entrevista, esta vez para la revista ¡Hola! En ella, además de contar cómo está gestionando su separación (por el momento temporal) con Ezequiel, la Gorro también ha desvelado cuáles son sus planes familiares a medio y largo plazo.

"Nuestra intención es llevarnos a nuestros hijos fuera de España cuando sean más mayores y empiecen a tomar conciencia de que sus padres son personajes públicos y de que pueden vivir sin necesidad de trabajar. No queremos que se equivoquen o que vivan del cuento", ha explicado convencida.

Así se plantean Tamara Gorro y Ezequiel Garay el futuro de sus hijos

Aunque en estos momentos que están en Madrid vivan en una urbanización de lujo, todos los viernes Tamara Gorro se los lleva a Móstoles a merendar con los abuelos para que con seis y cuatro años no se acostumbren a esa dinámica de "palco y canapé" que, aunque tendrían la oportunidad de disfrutarla, sería contradictoria con esa educación que siempre les han querido arraigar.

Eso sí, a pesar de que la colaboradora de televisión tiene estas ideas muy claras en su cabeza, sí que reconoce que piensa ofrecerles a ambos las herramientas necesarias para que estudien y se formen, para que tengan un título universitario y puedan acceder a las oportunidades que ella nunca tuvo por el poder adquisitivo de la familia en la que se crio. "Yo sé lo que se siente al no tenerlo. Tuve que empezar a trabajar muy joven para ayudar en mi casa (...) A mí me costó mucho llegar a donde estoy", ha verbalizado.

Otra de sus preocupaciones, esta en concreto la ha verbalizado durante la promoción de 'Cuando el corazón llora', su último libro autobiográfico, es que Shaila y Antonio crezcan en un entorno seguro para evitar que sufran experiencias como la que le tocó vivir a ella con nueve años, edad con la que fue víctima de abusos sexuales en un campamento por parte del padre del dueño de las campañas.