El entorno más cercano de Tamara Falcó está lleno de personas creativas y emprendedoras, tal y como es ella, por eso sorprende poco que Casilda Finat sea una de sus amistades más íntimas. Tienen muchas cosas en común, comparten círculos sociales y maneras de ver el mundo, pero mientras Tamara ha tenido que lidiar con la fama toda su vida, aún hay mucha gente que no conoce a Finat, quien ha creado su propio imperio diseñando joyas. 

El diseño siempre ha sido una de las pasiones de Casilda y es también lo que ha logrado convertirla en influencer y empresaria. Su nombre suena cada vez más fuerte en el sector y lo hace por sus propios medios, sin tener en cuenta las famosas amistades que forman parte de su círculo social. Las redes sociales avalan este éxito y sus seguidores en Instagram no han dejado de crecer en los últimos tiempos. 

Casilda estudió interiorismo en Madrid, pero fue su pasión por la orfebrería lo que la llevó a lanzar su firma de joyas, esa que lleva su nombre, allá por 2010. Solo tenía 24 años y su talento a la hora de diseñar joyas ya había conquistado a sus amigas, que no dudaron en llevar algunas de sus piezas. Desde entonces su ascenso ha sido lento, pero seguro, comenzó vendiendo sus joyas online y ya cuenta con varias tiendas físicas. 

Hija de los condes de Mayalde, vizcondesa de Rías y heredera del ducado de Pastrana, Casilda está casada con el sevillano Álvaro Martínez-Conradi y es madre de tres hijos. Es capaz de compaginar todas las facetas de su vida, aunque eso no quiere decir que sea sencillo, de hecho, ella misma explicaba en la revista Hola que “Me organizo regular y tiro para adelante haciendo todo regular. La sensación de que podría hacerlo mucho mejor y que me olvido de cosas es bastante constante, pero me pongo en manos de Dios para que él lleve mi vida y eso es algo muy liberador”. 

Ama pasar tiempo con sus hijos, tal y como ella misma ha revelado, y cuenta con la mejor de las compañías para ello, la de su marido, con quien además de compartir crianza y tiempo en familia, también trabaja. “Yo soy una inconsciente que abriría tiendas sin parar, pero, por suerte, tengo a mi marido que me pone los pies en la tierra y me frena un poco. Lleva la empresa prácticamente desde el principio, se ocupa de todos los temas financieros, laborales, papeleo y temas legales”.

Además de ser una apasionada de las joyas, algo de lo que no queda ninguna duda, lo es también de la moda en general, algo que se puede apreciar a simple vista en sus redes sociales, donde comparte algunos de sus looks, pero también parte de su fe, una parte esencial en su vida. Gracias a la religión “llené un vacío que tenía toda la vida y no entendía por qué. Es como si todo hubiese cobrado sentido”.

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