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La madre de Santiago Cañizares tuvo problemas en el embarazo y él casi muere: "Ni llevó ropa para mí al hospital"

Santiago Cañizares, en una fotografía de archivoGetty Images
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Santiago Cañizares ha concedido una entrevista al periódico El Mundo en la que confiesa que su vida tiene que ver "con el cielo y el infierno permanentemente". El futbolista, que estuvo en activo hasta los 39 años, dice que ya ha tocado "el éxito y todos los éxitos" que él hubiese imaginado, pero que también se ha comido "la mierda más gorda que puede comerse una persona". El exmarido de Mayte García dice que llega un momento en el que tiene una tolerancia tanto al placer como al dolor que "hace un callo".

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Placenta previa, el problema por el que Santiago Cañizares casi nace muerto

A raíz de esta conversación, Santiago ha recordado que tocó el cielo el día que nació. "Iba a nacer muerto, desde el punto de vista médico tenía un alto porcentaje de nacer muerto porque venía con placenta previa", ha explicado. La "placenta previa" es un problema del embarazo en el cual la placenta crece en la parte más baja de la matriz y cubre la abertura hacia el cuello uterino. "Mi madre, cuando fue al hospital, ni llevó ropa para mí. Pero el médico estuvo habilidoso ese día. Pero es más: después descubro que, cuando nací, en ese hospital pudieron haber robado bebés", ha contado en esta charla.

El cielo y el infierno de Santiago Cañizares

Al hacer referencia a "la mierda más gorda que puede comerse una persona", Santiago Cañizares habla de la muerte de su hijo y de su madre, dos pérdidas importantes en su vida con las que ha tenido que aprender a vivir. En esta charla, el futbolista dice que no tiene "ninguna duda" de que cree en Dios y que "la muerte no es el final". "He perdido a personas importantes en mi vida, especialmente a mi hijo, a mi madre, y siento su presencia. Las siento en el hogar donde vivo. Y a veces me encomiendo a Dios para pedirle ayuda y me lo ofrece. Sé que existe, sé que está. Lo que pasa es que el hombre todo lo perturba. El hombre es un ser destructivo", asegura.

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Cañizares ha explicado que no está "en contra de la iglesia", pero tampoco pone las manos en el fuego por "todas las personas que representan a Dios en la tierra". "Entonces soy creyente, pero no soy practicante. Mis encuentros con Dios y mis encuentros con mis seres queridos forman parte de mi intimidad", ha contado en estas declaraciones.