Lejos del IFEMA, la primera jornada de la Mercedes Benz Fashion Week tuvo como guinda a Palomo. El diseñador hizo suyo el Hotel Wellington de Madrid para albergar la mayor concentración de 'famoseo' por metro cuadrado de los últimos meses. Todo eran estímulos. Y si no, que se lo pregunten a una inesperada Lindsay Lohan que, a través de sus redes, manifestó su emoción por el resultado de la nueva colección de Spain.
Plumas, lentejuales y brocados: para Palomo no existen reglas. Cada vez que un maniquí salía en escena, el front row se quedaba con la boca abierta. Pero, sin duda, la que hizo ponerse en pie a la sala fue Rossy de Palma. Con un modelo dorado y rojo con volantes, la actriz desfiló ante su maestro, Pedro Almodóvar, rompiendo todos los cánones en torno al modelaje. Cada movimiento de Rossy revolvía sillas. Incluso no tuvo pudor en lucir pierna y underwear.
Otra 'celeb' que dejó los photocalls a un lado y se plantó en el desfile fue Samantha Vallejo-Nájera. La chef apartó los fogones para convertirse en toda una "dominatrix", como muchos ya la han denominado. Bien de laca y con un look total white, la hermana de Colate no se dejó eclipsar y, como Rossy, también se ganó a pulso convertirse en el foco de todos los flashes.
Entre el público se encontraba todo el 'moderneo' de Madrid. Carmen Lomana, Alfonso Bassave, Raquel Sánchez Silva, Pelayo Díaz, Pablo Sáez, Miranda Makaroff, Alba Galocha y los antes mencionados Almodóvar y Lohan no se perdieron el evento. Para Palomo no existen fronteras entre la moda masculina y la femenina. Y, por su estupenda acogida en la Semana de la Moda de Madrid, parece que su mensaje ya ha calado.
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