Emir lo ha vuelto a hacer. Ha tendido una trampa a Nihan y ella ha caído. Su imagen queda muy dañada y aparece frente a la prensa como una mala madre que olvida a su hija en el coche mientras está en un restaurante. Nihan no tardará en descubrir las intenciones de Emir. Tendrá que hacer una comparecencia pública y reconocer su error si no quiere que se hagan públicas las fotografías con Kemal. "No pienso renunciar a Deniz y no me importa desacreditarte. Les encantará, gustan mucho estos temas. Además están las demandas, el misterio, las intrigas...". La situación es muy complicada pero a Nihan no le queda más remedio que aceptar el chantaje si no quiere perder a su hija.
¿Qué ocurrió el día en que Ozan fue asesinado? ¿Qué oculta Zeynep? ¿A quién protege? Kemal sabe que su hermana le está mintiendo y no comprende los motivos. Convencido de que su hermana no es una asesina y que el verdadero responsable está intentando responsabilizarla de la muerte de Ozan, Kemal va a pedirle explicaciones. Ella se niega a revelarle la verdad sobre lo ocurrido aquel dramático día. Para lo que no está preparado el ingeniero es para la inesperada confesión de Zeynep. Está embarazada de Emir. La noticia deja desolado a Kemal, que vuelve a creer que su hermana no ha cambiado y que sigue jugando con la familia. "Ojalá hubieras muerto tú y no Ozan, así podría llorar tu pérdida".
Zeynep ha perdido de nuevo a su hermano Kemal. Sin embargo, nuevamente es capaz de convencer a Tarik para que la ayude. El mayor de los Soydere vuelve a cubrir a su hermana y se la juega entrando en casa de Hakan a recuperar las pruebas que la incriminan en el asesinato de Ozan.
Desde que se conocieron en la prisión cuando Kemal cumplía condena por el intento de asesinato de Emir, las chispas saltaron entre ellos. Desde ese momento, entre ellos nació una conexión tan especial que ni siquiera los fantasmas del pasado han sido capaces de separarles. Ayhan tiene tan claro que 'Cleopatra' es la mujer de su vida que no duda en organizar una petición de mano inolvidable. Leyla, por supuesto, acepta sin pensárselo.