{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
El Día Internacional del Orgullo LGTBIQ+ se celebra cada 28 de junio. Esta fecha se ha convertido en el día de referencia para la reivindicación de los derechos del colectivo, que tanto han faltado en el pasado y de los que todavía no pueden disfrutar muchas personas en diferentes partes del mundo. Y es que, aunque pensemos que hemos evolucionado, algo que es una realidad, todavía seguimos viendo escenas de discriminación que nos dejan ver que aún queda camino por recorrer.
El primer día del Orgullo comenzó a celebrarse hace más de cuarenta años. Y, desde ese momento, la vida de todos ha cambiado y ha evolucionado mucho. Fue en el año 1977 cuando varias personas, todas ellas pertenecientes a este colectivo, decidieron manifestarse después de los altercados en un pub de Nueva York, el Stonewall. A partir de ese día, se comenzó con una reivindicación que no ha parado hasta ahora. Y no debe hacerlo.
En España la reivindicación comenzó en la ciudad de Barcelona, un lugar mucho más aperturista, por aquella época, de lo que era la capital, Madrid, que se unió al año siguiente. Eso sí, los comienzos en ninguno de los lugares del mundo fueron fáciles. En nuestro país, el año clave fue 1995. Fue en ese momento cuando se aprobó el nuevo Código Penal, en el que se protegía la orientación sexual de los españoles. Al año siguiente, en 1996, se reunieron más de tres mil personas y crearon la primera carroza.
Durante los años 90, se produce un boom en todo el país y es cuando las personas realmente no tienen miedo a expresarse tal y como son. Una revolución que ya había comenzado mucho antes y que se había extendido por distintos barrios de la capital. Además, en 1998 se creó la revista Zero, que se convirtió en el punto de referencia de muchas personas que estaban decididas a dar el paso y hablar con sus familias sobre su orientación sexual.
2005 se convirtió en un momento clave gracias a la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo. Es a partir de entonces es cuando el desfile del Orgullo se convierte en toda una celebración y comienzan a erigirse las primeras figuras importantes en esta lucha, como el político Pedro Zerolo. A pesar de que se convirtió en una fiesta, en este día ha seguido primando la lucha por la libertad, la igualdad y los derechos de todos los ciudadanos y en especial aquellos que pertenecen al colectivo LGTBIQ+.
Lo cierto es que el Día del Orgullo se ha convertido en toda una reivindicación, totalmente necesaria en este momento que vivimos. Además, con el paso de los años, se ha ido convirtiendo en un movimiento más inclusivo y que vela por los derechos de más personas que se encuadran dentro del colectivo.