Nina, sobre su menopausia precoz: "No me reconocía en el espejo, de repente me sobrevino el envejecimiento"
La artista publica 'Menopausia', un libro que habla del momento vital que le llegó casi de repente tras una intervención quirúrgica y a la edad de 44 años
Perimenopausia y menopausia precoz: diferencias, síntomas y posibles causas
A Nina, como a casi todas las mujeres, la menopausia le llegó de golpe y porrazo. La diferencia es que a la que fue directora de la academia de OT durante tres ediciones le sobrevino de manera más repentina: tras una intervención quirúrgica y a la edad de 44 años tuvo que asimilar ese momento vital en solo unos meses, cuando la mayoría de las mujeres tienen un margen de años. De repente, se notó que había envejecido, que sus rizos tan característicos habían perdido fuerza y que le cambió la voz, lo que hizo que dejara de reconocerse en el espejo. A partir de ahí, y según sus palabras, empezó “a parecer una nueva persona de la que tienes que hacerte su amiga y aceptarla”.
Por suerte, una vez que superó esa fase, llegó a la conclusión de que la menopausia, al revés de lo que dicta la sociedad, son los mejores años de la vida. Un momento vital que ella describe como el despertar de la conciencia, porque es cuando el cuerpo obliga a hacerse cargo de él y las mujeres se sienten más libres y maduras. Una experiencia que ahora ha dejado por escrito en Menopausia, libro en el que habla en primera persona sobre esta etapa crucial en la vida de muchas mujeres.
Pregunta: Llegaste a la menopausia de golpe y tuviste que empezar a experimentarla. ¿Cómo afrontaste tú este cambio?
Respuesta: Todas las mujeres, por lo que he podido comprobar, nos encontramos con la menopausia de golpe y porrazo. En mi caso, quizá fue más precoz porque me llegó a los 44 años a raíz de una intervención quirúrgica. Como toda adversidad en la vida, en un primer momento no tienes mucho margen para la acción. En todo caso la parte más dura viene después, cuando has digerido todo lo ocurrido. Más en mi caso, porque si te tengo que ser sincera la única cosa que me preocupaba en el momento de la intervención quirúrgica era poderme reincorporar a la gira de ‘Mamma Mia’. Meses más tarde, cuando un día me levanto y prácticamente ni me reconozco frente al espejo, ahí sí que empezó lo duro. De repente te sobreviene un enevejecimiento y empieza a aparecer una nueva persona de la que tienes que hacerte amiga y aceptar. Lo único que no sabes es que esa versión es la mejor de ti, que en cuanto a experiencia y claridad en las ideas tiene mucha luminosidad. Lo que pasa es que en ese momento no eres capaz de verla y lo pasas muy mal.
¿Por qué procesos y cambios pasaste?
Para entenderlo, es importante que toda persona que nos lea sepa que esto es una función de dos actos: el primero se llama perimenopausia y el segundo menopausia. En mi caso, pasé directamente al segundo acto, por lo que me perdí cosas muy importantes para seguir el hilo de esta representación. Un primer acto que es fundamental porque es en el que el cuerpo te va avisando de que hay cosas que están cambiando. También es el que todas las mujeres temen, porque es en el que pueden aparecer síntomas molestos como los sofocos, la niebla mental o el insomnio. Yo eso no lo viví, por lo que de repente un día me levanté y casi ni me reconocía: el pelo, la piel, me habían cambiado. Pero más que algo concreto, era la expresión de mi cara. De repente empecé a ver a otra persona.
Lejos de lo que pudiera parecer, la describes como los mejores años de tu vida. ¿Por qué?
Porque es el momento en el que el cuerpo te hace reaccionar y te invita a hacerte cargo de él. Y eso es lo más importante que vas a hacer en tu vida: conectarte a tu cuerpo y responsabilizarte de él. Hasta entonces la biología te ha protegido, pero ya no. Ahora la responsabilidad recae en ti a través de la alimentación, del ejercicio físico, etc. Es decir, de un estilo de vida lo más saludable posible. Por eso digo que son los mejores años de tu vida: es el despertar de la conciencia. Vivimos muy desconectados del cuerpo, pero nosotros tenemos mucho que decir sobre él.
Alimentarte bien y hacer ejercicio dices que son claves, pero en tu caso la fama te ayudó a aceptar el cambio. ¿Por qué?
Creo que la fama me ha hecho más fuerte. He vivido episodios muy álgidos, de mucha exposición mediática, y todos esos momentos tan altos tienen caídas. De ellas he aprendido mucho. En cierto modo siento que las lecciones que yo he aprendido gracias a la fama me han ayudado con esta etapa en la que te sobreviene un declive físico, pero donde también hay una parte luminosa que solo tú puedes ver. Y esa capacidad hay que trabajársela. Es muy fácil columpiarte en el lamento y quedarte en lo negativo de hacerse mayor. Es muy cómodo quedarse ahí; más que gestionar todo eso y ser consciente de los aspectos luminosos que tiene. Es decir, que eres una persona con más experiencia, con madurez, con serenidad en las ideas, que eres una persona que puedes decir que no, etc. Es una etapa en la que realmente empiezas a hacer lo que te da la gana. A eso hay que darle un valor y es necesario verlo y que tengan más peso que lo negativo.
Un momento vital que quizá a día de hoy es más complicado aceptar por esa lucha contra el envejecimiento que vive la sociedad
Totalmente. De hecho yo empiezo el libro preguntando a mi madre cómo vivió la menopausia y ella me respondió que lo hizo con naturalidad y aceptación. Es verdad que su contexto es muy diferente del mío, pero justamente esa distancia es la que me hizo preguntarme muchas cosas. Como hasta qué punto nos está afectando el hecho de vivir rodeados de pantallas y lo que nos muestran las redes sociales. Sin duda eso nos condiciona y nos crea una presión extra. Nuestras madres no tenían tanta información, lo que no era bueno, pero nosotras sí: tenemos podcast, literatura científica, artículos, etc. Por lo que vamos a vivirlo con más inteligencia, es decir, desarrollando nuestra capacidad de aceptación de esta nueva etapa.
¿Qué le dirías a esa Nina del pasado?
A esa Nina que se miraba en el espejo unos meses después de la intervención y que veía perder sus rizos y su expresión facial, que por culpa de ello se le caía alguna lágrima, le diría que tranquila, que el tiempo pondrá las cosas en su lugar. Y a las mujeres que estén entrando en la menopausia les diría que por suerte el segundo acto es muy agradable, que en él el cuerpo se ha adaptado a la nueva situación y que todo se ha colocado en su nuevo lugar. Que la función acaba muy bien.
¿Cómo es la Nina de la actualidad? ¿Te sigues reinventando? Hace poco hiciste una serie con los Javis.
Digamos que no me reinvento a conciencia; no tengo esa sensación. Soy una persona muy curiosa y con muchas puertas de interés abiertas. Convino mi parte artística con la labor docente y divulgadora, soy CEO de mi academia, escribo libros… Lo que hago es explorar esas puertas de conocimiento que a mí me interesan mucho. Creo que soy una persona que hace lo que le da la gana y que prioriza su vida privada. Intento ser coherente conmigo misma.