Los 5 enormes beneficios para el cerebro de echarse una siesta corta
Una de las tradiciones más conocidas en España es también una forma de cuidar nuestro cerebro
Silencio, una buena cama y rutina: consejos para dormir bien y crear una buena higiene del sueño
Uno de los placeres de la vida es aprovechar ese ratito de después de comer para relajarse en el sofá o la cama y echarse una pequeña siesta. Si bien no siempre es sencillo que esa siesta sea corta, eso es lo que recomiendan los expertos y no solo porque pasarse toda la tarde dormido parece una gran manera de no dormir después por la noche y levantarse de mal humor.
El tiempo ideal para pasar dormido durante una siesta son unos 20 minutos aproximadamente, lo que proporciona el tiempo de descanso perfecto para recargar energía y mejorar el bienestar físico y mental. Aunque las siestas suelan ser foco de bromas y risas, lo cierto es que aportan grandes beneficios y algunos de ellos son bastante desconocidos, como los relacionados con el cerebro.
Beneficios para el cerebro de echarse una siesta corta
Dormir durante la noche es fundamental, pero hay ocasiones en las que necesitamos descansar unos minutos durante el día y lo mejor es escuchar a nuestro cuerpo y acostarnos para poder dormir ese tiempo extra. Una siesta necesaria y cargada de beneficios para nuestro cerebro.
- La siesta nos ayuda a restaurar nuestra energía, lo que hace que aumenta nuestro estado de alerta y mejore nuestro rendimiento sin tener que apostar por bebidas energéticas o que no aporten el chute extra de la cafeína. Sin embargo, esto no es lo único que podemos conseguir con esos minutos de descanso.
- También es una manera de mejorar la memoria, consolidándola, porque durante el sueño el cerebro procesa la información adquirida durante el día, lo que favorece la memoria a largo plazo.
- Es también una manera de mejorar la capacidad de aprendizaje, porque después de una siesta se tiene una mayor capacidad de concentración, lo que mejora el rendimiento cognitivo. Esto lo notamos especialmente en los estudiantes, pero también en entornos laborales.
- Puede estimular la creatividad, dando soluciones a problemas que hasta el momento suponían un enigma y aportando una nueva perspectiva.
- Algunos estudios también apuntan a que las personas que duermen siestas de manera regular presentan un mayor volumen cerebral total, lo que podría relacionarse con un menor riesgo de demencia y otras enfermedades neurodegenerativas. Las siestas cortas podrían ser una manera de preservar la salud cerebral conforme se envejece.
Además, no podemos dejar de señalar que una siesta breve favorece el estado de ánimo y reduce el estrés, ayudando a que nos sintamos mejor y más refrescados. Puede reducir la tensión arterial y el ritmo cardiaco y disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Aprovechar todos los beneficios de una buena siesta es más sencillo si apostamos por descansar en un lugar cómodo, con una temperatura agradable, silencioso y con poca luz. Se suele señalar que es mejor hacerlo en un sillón que una cama, sobre todo si es después de comer, para evitar el reflujo gástrico u otros problemas digestivos, también que no debe superar la media hora y que es mejor que sea después de comer, entre las 13 y las 17 horas, para respetar los ritmos circadianos.