Los platos con carne siguen siendo un clásico de nuestra cocina. Pero por mucha buena mano que tengamos con los fogones, hasta al más experto se le queda la carne dura una vez cocinada. Y claro, lo que prometía ser un plato delicioso, adquiere una textura que puede desmerecer la experiencia gastro. Ahora bien, que no cunda el pánico, porque es posible ablandar una carne que se ha quedado dura. Hay trucos culinarios muy eficaces y que puedes utilizar según te convenga y la manera en la que hayas preparado la carne en cuestión. Toma nota y recupera ese bocado delicioso con el que contabas cuando empezaste a cocinar.
Una forma rápida de ablandar una carne que se ha quedado dura y seca es la rehidratación. Funciona muy bien cuando la carne se ha cocinado el día anterior. Solo tienes que calentarla, dejando que se cocine un poco con caldo o salsa. El líquido ayudará a que la carne se humedezca y se vuelva más suave. Puedes utilizar este truco también para carnes cocinadas a la parrilla o al horno, como unas costillas.
Lo más habitual es marinar la carne antes de cocinarla, para que se ablande y tome un sabor especial. Pero el marinado también es muy útil cuando la carne ya está hecha y se ha quedado más dura de lo que nos gustaría. Los ingredientes que se utilizan habitualmente ayudan a que las fibras de la carne se descompongan y quede más tierna. El motivo es el ácido que se encuentra en los cítricos o el vinagre que puedes añadir, junto al aceite, especias, hierbas o ajo.
Puede que el remedio más sencillo, sobre todo si se trata de una carne a la plancha, sea realizar el corte correcto. Toma nota de esto porque saber cortar la carne mejora su textura en cualquier circunstancia. Debes cortarla siempre en contra del grano, es decir, en dirección perpendicular a las fibras musculares. De esta forma se rompen la fibras más largas y al masticarla resulta más tierna.
Este truco de abuela es ideal para las pechugas de pollo el día antes de cocinarlas. Si las sumerges en leche la noche anterior, te sorprenderá lo tiernas y jugosas que están cuando las cocines al día siguiente. En el caso de la carne ya cocinada puede resultar igual de efectivo, sobre todo si se ha cocinado sola. Ponla en un recipiente hermético cubierta de leche durante toda la noche y al día siguiente solo tendrás que calentarla para que esté deliciosa.
Este es otro de esos trucos de cocina que nuestras abuelas utilizaban a menudo. Es tan sencillo como cocinar la carne del día anterior en salsa de tomate para que se vuelva más jugosa y tierna. Se trata de una técnica muy efectiva que, además, nos permite darle un nuevo y delicioso sabor a la carne, que no es otro que el que aporta la salsa de tomate, un básico de nuestra cocina.
Esta es una de las claves para que una carne quede jugosa, y que además sirve para volver a cocinarla y lograr que recupere la suavidad perdida. Solo tienes que calentar la carne con un método de cocción lenta, para que sea a muy baja temperatura y durante un tiempo prolongado. De esa forma pueden romperse las fibras y volverse tan tierna como querías.
Si de verdad te gusta cocinar es muy probable que entre tus utensilios de cocina haya un martillo o mazo de carne. Se utilizan para ablandar la carne, rompiendo las fibras musculares, sobre todo cuando proviene de la ternera o el cerdo. Puedes conseguir un resultado similar cuando la carne ya está cocinada, aunque tienes que tener cuidado de no golpearla más de la cuenta para que no se deshaga.
Una olla a presión te ayudará a ablandar la carne en poco tiempo, aunque ya la hayas cocinado previamente. Introduce la carne en la olla con un poco de agua y cierra siguiendo las instrucciones de uso. En solo unos minutos cocinándose a presión con el ayuda añadida la carne se habrá ablandado y podrás disfrutar de su sabor y textura.
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