Pueblos

El pueblo que vio crecer a Aitana, del que es hija predilecta: muy cerca de Barcelona y famoso por sus cerezos

Aitana y una foto del pueblo en el que creció
AitanaCordon Press
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Aunque hace varios años que su vida se ha trasladado a Madrid y su agenda está marcada por giras, rodajes y promociones internacionales, Aitana no pierde de vista sus orígenes. La cantante sigue muy unida a Sant Climent de Llobregat, el pequeño municipio del Baix Llobregat donde creció y al que regresa siempre que puede. Allí pasó su infancia, empezó a formarse como artista y mantiene gran parte de su entorno más cercano. No es casualidad que en 2022 fuera nombrada Hija Predilecta del municipio, ni que haya querido incluir escenas de su pueblo en su documental 'Metamorfosis', estrenado el pasado febrero o hable de él en 'Cuarto Azul'.

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En su nuevo disco también hay referencias directas a ese lugar que, pese a su pequeño tamaño, ha jugado un papel clave en su vida personal y profesional. Y es que Sant Climent, con apenas 4.000 habitantes, se ha convertido en una especie de “mapa emocional” para la artista: un espacio que aparece en su discurso, en sus recuerdos y, cada vez más, también en su música.

Lejos del ruido de la capital, este pueblo rodeado de campos y conocido por su producción de cerezas, representa una versión más humana del ‘universo Aitana’. Y ahora, también empieza a llamar la atención de viajeros que buscan lugares con historia, identidad y un vínculo real con quienes los habitan.

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Un pueblo con ritmo propio (y cerezas de verdad)

A simple vista, Sant Climent de Llobregat es uno de esos pueblos que parecen mantenerse al margen de la ajetreada vida de Barcelona. Sus calles estrechas, casitas bajas y ritmo tranquilo lo convierten en un lugar ideal para desconectar sin alejarse demasiado de la ciudad. Pero además, cuenta con una seña de identidad muy marcada: su producción de cerezas, que cada primavera transforma el paisaje y da lugar a la tradicional ‘"Festa de la Cirera", una de las más emblemáticas del Baix Llobregat.

Durante el mes de junio, la cereza es protagonista en todos los sentidos: en los puestos del mercado, en la programación cultural y en los menús de bares y restaurantes. Es una oportunidad perfecta para visitar el pueblo y conocerlo en su momento más vivo.

Lugares que marcan

Aitana ha mencionado en varias ocasiones que sus recuerdos de infancia están ligados a paseos por el pueblo, tardes en la plaza y excursiones por la montaña. Y es fácil imaginarlo. La iglesia parroquial de Sant Climent, es uno de los puntos más reconocibles del casco antiguo. También destacan algunas masías históricas como Can Molins o Can Sala, testigos de la historia agrícola del municipio.

Además, los caminos que rodean el pueblo ofrecen rutas perfectas para senderistas y ciclistas, con vistas abiertas a los campos de cerezos y al Parque Natural del Garraf. Una escapada perfecta para quienes buscan naturaleza, tranquilidad y algo distinto a lo habitual.

Y es que, la relación de Aitana con su pueblo no es solo simbólica: regresa cuando puede, participa en eventos locales y mantiene una conexión que va más allá del reconocimiento institucional. El título de Hija Predilecta no es solo un gesto, sino un reflejo de ese vínculo duradero.