La aldea andaluza donde Vicky Martín Berrocal tiene una extravagante casa familiar: "Mi sitio favorito del mundo"

En este lugar tan mágico, parece queel tiempo se detiene para ella y la vida se saborea con calma
Vicky Martín Berrocal posa con el bañador que elige para 2025: "No me lo pienso quitar"
Vicky Martín Berrocal lo tiene claro: si hay un lugar donde desconectar del ruido, reencontrarse con las raíces y vivir el sur en estado puro, ese lugar es El Rocío. La diseñadora posee en este mágico rincón de Huelva una casa que se ha convertido en su refugio personal. Alejada del ajetreo de la ciudad y del foco mediático, aquí encuentra la paz, la inspiración y ese pellizco que solo da la tierra cuando la sientes de verdad. Aquí no hay grandes hoteles ni tiendas de lujo, y precisamente ahí está su encanto. El lujo aquí es otro: el del silencio, la naturaleza, las raíces, la tradición que sigue viva sin necesidad de artificios.

“Es mi sitio favorito del mundo”, ha confesado en más de una ocasión. Y tiene sentido. Aquí, donde no hay semáforos ni pavimento, el tiempo se mide de otra manera. Así lo refleja su hogar, un espacio pensado para disfrutar sin prisas, en el que las reuniones familiares, los almuerzos eternos y las siestas al fresco son parte del plan.
Andalucía en estado puro
Ahora bien, la pregunta es, ¿qué tiene esta tierra para enamorar así a todo el que la pisa? Más allá de su romería mundialmente conocida, El Rocío es un lugar que merece la pena visitar en cualquier época del año por la atmósfera que transmite. Pues, su santuario, la Ermita de la Virgen del Rocío, es el corazón espiritual del pueblo, y aunque lo hayas visto en fotos, nada se compara a estar allí y sentir la energía del lugar.
Otro imprescindible es la marisma de Doñana, un espectáculo natural en sí misma. Al amanecer o al caer la tarde, la luz sobre el agua crea una postal que parece sacada de otro mundo. También es un placer caminar —o mejor aún, montar a caballo— por sus calles de arena, pasar por las casas hermandades y terminar el día en alguna terraza con vistas, viendo cómo cae el sol sobre el coto disfrutando de una buena copa de vino.
Lo que no puedes perderte
Si tienes pensado visitarlo y empaparte bien de su espíritu, hay ciertos sitios que conviene visitar sin prisa. La Ermita del Rocío es el epicentro de todo, una joya blanca que se alza en mitad de la aldea y que emociona incluso a los que no profesan ninguna fe (y es que su retablo dorado y la imagen de la Blanca Paloma son impresionantes).
Frente a la ermita se extiende la Marisma de El Rocío, donde cientos de aves migratorias descansan y anidan cada año. Desde el Paseo Marismeño, una pasarela de madera junto al humedal, se pueden contemplar flamencos, garzas y otras especies en libertad. Es un plan perfecto para los amantes de la naturaleza o simplemente para quienes buscan una pausa. Para las que tengan más tiempo, el Puente del Ajolí, a las afueras de la aldea, es otro lugar lleno de simbolismo, ya que por allí pasan las hermandades en romería. Cruzarlo a pie o a caballo es una forma de vivir un pedacito de esa tradición tan nuestra.
No hay duda de que, aunque cada vez más gente lo descubre, El Rocío sigue siendo ese lugar donde el tiempo se detiene y la vida se saborea a otro ritmo. Un sitio con alma, que se queda dentro. Y si no, que se lo pregunten a Vicky.