Las posturas sexuales que no deberías practicar si estás embarazada

  • El sexo durante el embarazo estará muy recomendado

  • Habrá ciertas posturas que deberemos dejar de lado por el bien del pequeño y la propia comodidad de la mujer

  • Será importante que nos alertemos si observamos sangrado o dolor continuado

Durante el embarazo tendremos que llevar a cabo una serie de recomendaciones. Estas harán referencia al tipo de alimentación que debemos seguir y, también, respecto al ejercicio físico. Pero, ¿dentro de este último incluiremos las relaciones sexuales?

Lo cierto es que cuando estás embarazada el sexo sí que estará recomendado. Las relaciones sexuales no dañarán al bebé en ninguna etapa, ya que el pequeño estará protegido por los músculos del útero, el líquido amniótico y el tapón mucoso. Eso sí, habrá algunas posturas sexuales que no estarán recomendadas durante esos últimos momentos del embarazo. Pero, ¿cuáles son?

Por qué estará recomendado el sexo durante el embarazo

Lo primero que deberás saber es que el sexo durante el embarazo fomentará la intimidad y el vínculo afectivo en la pareja. Además, la madre se sentirá especialmente bien, ya que el organismo de ella libera endorfinas y la zona pélvica recibirá más sangre de lo normal. El orgasmo hará que el útero se contraiga, por lo que sí que es cierto que, en las últimas semanas de embarazo, se recomendará que mantengan relaciones sexuales para intentar provocar el parto de forma natural.

Qué posturas sexuales no deberemos practicar

Existen algunas posturas sexuales que pueden ser especialmente peligrosas para las embarazadas y otras muchas que no se realizarán porque a la madre le puede producir cierto dolor.

Entre ellas, nos encontramos con ‘el perrito’. Su mayor riesgo es que, al no tener contacto visual, la penetración podría ser demasiado brusca y provocar un desgarro en la vagina. Además, también podrá ser que el pene entre en el ano sin que este esté lo suficientemente dilatado.

Tampoco estará recomendado 'el misionero', ya que el pene se dirigirá hasta la uretra y podrá arrastrar las bacterias que forman parte de la flora vaginal. Esto podría provocar distintas infecciones que presentaría algún problema en el canal de parto.

Del mismo modo, no estarán recomendadas aquellas posturas en las que la mujer se quede con la espalda apoyada en la cama. Esto se debe a que no será especialmente cómodo para la embarazada. Esta incomodidad se traducirá en dolores, molestias, calambres, contracciones o sangrados abundantes.