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El 27 de julio de 2002, Jesús Janeiro Bazán, más conocido por todos como Jesulín de Ubrique, formalizaba su relación con María José Campanario. En estas dos décadas, la pareja ha hecho frente a informaciones, rumores y especulaciones que ponían en entredicho su matrimonio, pero ha prevalecido la firmeza de su compromiso y el amor que sostiene su unión. Los tres hijos que han nacido de su relación, Julia, Jesús Alejandro y el recientemente nacido Hugo, dan testimonio de su felicidad.
Veinte años que no han sido un camino de rosas y que han querido celebrar junto a su revista de cabecera, ¡Hola!, con un espectacular posado y una entrevista exclusiva en la que han hablado sin tapujos sobre todos los asuntos y polémicas de los que son protagonistas: desde su verdadera relación con el resto de la familia –la cual mantienen que es magnífica- a la llegada del pequeño Hugo, “el mejor regalo que han tenido” en este aniversario redondo.
Fue el pasado 7 de junio cuando el matrimonio vio nacer a su tercer vástago –el cuarto para el torero-. "Me puse de parto por la mañana y pensaba que sería natural, pero, al final, tuvimos que entrar en quirófano. Fue un poco de urgencia, pero salió todo bien", explica la odontóloga a la mencionada publicación, descubriendo el motivo por el que tuvo que permanecer varios días más ingresada y por el que no existen fotografías de la familia saliendo del hospital: "No había prensa en la puerta. Se había especulado con que ya habíamos salido antes”.
Sobre este tercer e inesperado embarazo, Campanario explica en este reportaje que no llegó a engordar “más de 10 kilos”, pero que “pesaba un poquito más que hace un tiempo por la medicación” que se toma por la enfermedad que padece. “Me quedará un año para volver a mi peso, pero, sinceramente, es lo que menos me importa”, comenta en plena recuperación posparto María José, que no le da importancia alguna a su cambio físico porque está “feliz de la vida” con el pequeño Hugo, que es “una bendición”.
La odontóloga, al igual que su marido, cree que esta nueva maternidad “no tiene nada que ver” a lo que vivió con Julia y Jesús Alejandro, de 19 y 15 años, que están igual de “contentos y felices” con el nacimiento de su hermano: “Tuve a mi primera hija con veinticuatro. El segundo, con veintiocho. Entonces, la vida era mucho más acelerada y Jesús viajaba muchísimo más. Ahora me pilla en una etapa mucho más madura y mucho más serena”.