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Uno de los cambios que puede sufrir una mujer tras el parto es que se pierda la libido. Se trata de algo muy normal, aunque no afecta a todas por igual. Lo que sí es cierto es que si sucede puede ser un gran quebradero para la pareja, que no sabe cómo podrá volver esa chispa a sus vidas. Para la mayoría de mujeres el postparto suele ser un momento complicado y delicado y, además, dependiendo del tipo de parto que se tenga es posible que esa etapa de descanso se prolongue durante más tiempo.
A esto hay que sumarle la llamada ‘cuarentena’, que tendrá que respetar la madre, ya que en ese periodo de tiempo la mujer puede sangrar y se produce la secreción del moco uterino. Durante esas semanas, el útero sufre un proceso de involución en el que todo vuelve a su sitio. Esto dura entre seis y ocho semanas. Además, pasado ese tiempo puede ser que las relaciones sexuales se vean relegadas a un segundo o tercer plano, debido a que hay que atender al bebé y, por tanto, el descanso será mucho menor.
Algunos expertos apuntan a que eso de la cuarentena no es del todo cierto, pero sea como sea, es muy probable que la mujer no tenga ganas de mantener relaciones sexuales, ya que puede que no se sientan en condiciones físicas y emocionales para ello. Por tanto, es normal que la libido quede en un segundo plano, ya que toda la atención estará en el cuidado del bebé, en la lactancia, la disponibilidad física y afectiva y la preocupación por el bienestar del pequeño. Por eso, no quedarán ganas para mucho más.
Sin embargo, sí que es cierto que con el paso del tiempo volverá a aparecer el deseo sexual de forma natural. La libido se podrá concentrar en la zona de los pechos, el agotamiento estará presente y las sensaciones afectivas y corporales serán extremadamente sensibles. Sí que es cierto que muchas mujeres sentirán la necesidad de complacer ese instinto, aunque en ese momento la conexión con nuestra propia sexualidad sea poco profunda.
Esto hará que se aleje de su esencia. Por eso, lo más importante será saber cuándo se está preparada y, sobre todo, no se tendrá que hacer nada si no es un deseo propio. Además, será muy importante que se consulte con un especialista, ya que será él quien nos dará las claves para que ese deseo sexual vuelva. Es más, desde el primer control que realice el médico será muy importante que este se preocupe por su sexualidad.
Para que el deseo sexual será muy importante que se respeten los tiempos de la mujer. Al ser quien ha traído al bebé al mundo y quien ha sufrido más cambios, podrá no sentirse preparada para tener relaciones sexuales, ya que puede ser que no se encuentre cómoda físicamente o emocionalmente. Por eso, habrá que esperar y trasmitir tranquilidad.
Será muy importante que haya comunicación en la pareja. Tanto uno como otro tendrá que saber cómo se siente la otra persona. Además, esto ayudará a que haya una mejor comprensión y que la mujer se sienta entendida y sin ningún tipo de presión.
Es básico que la mujer comprenda que por centrarse en sí misma o en su pareja, no estará dejando de lado a su bebé. Habrá que ganar cierta confianza y autoestima en una misma para saber ser felices. De esta manera, si aprendemos a querernos más, puede ser que el sexo llegue solo.
El bebé podrá cambiar nuestra vida, pero, también, habrá que aprender a seguir con nuestra vida tal y como era antes de su llegada. Es decir, habrá que volver al trabajo, ir a trabajar, salir con los amigos e ir al gimnasio.
En el sexo, la penetración no lo es todo. Lo mejor será que volváis a estar juntos, que juguéis y que dejéis volar vuestra imaginación. De esta forma, la llama de la pasión no se apagará. Así, podréis optar por masajes, juguetes, cenas, baños juntos y una infinidad de opciones que ayudarán a mantener viva la pasión.
Es muy probable que, antes del parto, hayas practicado los ejercicios Kegel. Estos servirán para fortalecer el suelo pélvico y son ejercicios de contracción del músculo pélvico. Y, también, serán estupendos para recuperar nuestra vida sexual.