De la natación al yoga: seis deportes que ayudarán a mejorar la concentración y a agilizar la mente de tu hijo

  • El deporte no solo trae beneficios físicos a los niños, también son grandes aliados para el desarrollo cognitivo de los más pequeños

  • La infancia es una etapa importantísima en la vida, en la que el deporte debe combinarse para que consiga mejorar la concentración o la agilidad mental

La actividad física es importante a cualquier edad siempre que se adapte a las condiciones de cada persona para no ejercer un sobresfuerzo. Por eso mismo hay que estudiar bien qué deporte va a practicar nuestro hijo, decisión en la que entran varios factores, como los gustos del pequeño, su disponibilidad y también los beneficios que le pueda traer. Porque claro, el deporte no solo nos permite mantenernos en forma físicamente, también nos ayuda de forma mental y en los niños ocurre lo mismo. En plena etapa de crecimiento y desarrollo, determinados ejercicios les permiten conseguir una mejor concentración e incluso agilizar su mente. Y muchos son deportes que puede que ni siquiera te hubieses planteado que lo pudiesen conseguir.

Kárate

Las artes marciales son, en general, de gran ayuda para los más pequeños por muchas razones, ya que les otorga una mayor concentración, es una técnica que requiere de una gran disciplina y para avanzar es necesario mejorar la coordinación, tanto física como mental. Por eso mismo es un deporte que permite que los más pequeños canalicen su exceso de energía e incluso tomen control sobre ellos mismos y sus emociones, siendo una práctica ideal para niños con TDAH.

Natación

Es uno de los deportes más recurrentes entre los niños por dos razones: aprenden a nadar y es muy completo. Tanto que no solo ejercita todas y cada una de las partes del cuerpo, también tiene un gran poder con el interior al ser ideal para la canalización de la energía y para despejar y relajar la mente. Además, entre sus otros beneficios está el que les ofrece una mayor autonomía a la vez que les permite focalizar su atención, mejorar su concentración y, como consecuencia, reducir o liberarse del estrés.

Esgrima

No es que sea un deporte muy popular, ni entre los mayores ni entre los más pequeños, es más, muchas veces solo nos acordamos de él cada cuatro años cuando llegan los Juegos Olímpicos, pero quizá sea un deporte interesante para tu hijo. ¿Por qué? Por una parte, es muy completo y, por otra, no es tan peligroso como en un inicio puede parecer. Pero entre sus beneficios se encuentra el estímulo que realiza sobre la inteligencia de los más pequeños al trabajar la capacidad de reacción y tener que tomar decisiones razonadas en periodos de tiempo muy cortos a la vez que se controlan los impulsos.

Baile

No es un deporte como tal pero sí una práctica que puede traer más beneficios de los que parecen. Es lógico que, sea el estilo que sea, el ejercicio está garantizado, por lo que la primera parte ya está hecha. Pero, ¿en qué más nos puede ayudar? El baile tiene un gran poder sobre la concentración y la memoria, pues las coreografías requieren de ello para poder seguirlas e interiorizarlas hasta el punto de que se consigue una mayor agilidad mental a la vez que se trabaja la coordinación y la movilidad del cuerpo.

Ajedrez

Son muchas las polémicas sobre si el ajedrez es o no un deporte, pero si el Comité Olímpico Internacional dice que es un deporte no le vamos a llevar la contraria. Pero no es uno físico, sino mental, pues trabaja y refuerza sus capacidades intelectuales, su pensamiento lógico y de análisis, y la concentración de los niños al ser un juego que requiere de estrategia, meditación y análisis de los movimientos del contrincante y de los suyos propios.

Yoga

Sí, también hay yoga hay para niños, con unos beneficios prácticamente idénticos a los que reciben los adultos tras su práctica. El yoga les permite relajar su cuerpo, pero el control de la respiración conectado con los movimientos corporales permite que los niños controlen su mente a la vez que trabajan su cuerpo y su concentración. Así que no lo dudes, porque los más pequeños pueden ser tus grandes compañeros de yoga.