¿Puedo quedarme embarazada si me he hecho una ligadura de trompas?

  • La ligadura de trompas es una opción anticonceptiva eficaz y permanente.

  • Pero, una vez realizada, es posible que una mujer quiera ser madre.

  • A pesar de ser conocida como la esterilización femenina, la ligadura de trompas no impide que se pueda intentar tener un embarazo.

La ligadura de trompas es una opción anticonceptiva muy efectiva, ya que es permanente, por lo que se la conoce como la esterilización femenina. Muchas mujeres pasan por esta intervención al tiempo que se les practica una cesárea, pero lo cierto es que cualquier momento es válido para hacerla, incluso después de un parto. Consiste en ligar, cortar o bloquear las trompas de Falopio para evitar que llegue a ellas el esperma, evitando así cualquier posibilidad de embarazo.

Entre sus ventajas se encuentra que no afecta al ciclo menstrual o la efectividad para que no se produzca la fecundación. Pero, en principio, se trata de una intervención de carácter irreversible, por lo que es casi inevitable pararse a pensar en qué opciones tendríamos si, tras una ligadura de trompas, quisiéramos volver a quedarnos embarazadas. Se supone que, sabiendo la efectividad del método y su carácter irreversible, la decisión de realizar una ligadura de trompas va a acompañada de la convicción de no querer quedarse embarazada en ningún momento. Pero sabemos las vueltas que da la vida, y cualquier decisión que tomamos en un momento dado, puede cambiar por mil motivos diferentes.

¿Puede fallar la ligadura de trompas?

No podemos hablar de que sea un método seguro al 100%, pero sí de que las posibilidades de quedar embarazada tras una ligadura de trompas son tan reducidas, que se le puede considerar la opción anticonceptiva más eficaz.

El riesgo de quedar embarazada tras una ligadura es del 0,2%, frente al 1% de fallo de la píldora, el 2% del preservativo, o el 0,8% del DIU. Es decir, las posibilidades son casi inexistentes pero, efectivamente, no podemos descartarlas.

Realizar una cirugía reversible

Aunque lo habitual es pensar que la ligadura de trompas es irreversible, lo cierto es que hay casos en los que puede conseguirse mediante una cirugía realizada con laparoscopia. Eso sí, el éxito de la intervención va a depender de ciertos factores, como qué tipo de ligadura se nos hizo en su momento. Cuanto menos se haya intervenido sobre la trompa, más probabilidades hay de que la reconstrucción sea efectiva.

El caso en el que la reversión es más fácil es en el que la esterilización se ha realizado con anillos tubáricos o clips. En cambio, si se ha empleado la técnica de la cauterización, no es posible reparar la trompa, ya que esta técnica la daña en casi su totalidad.

Lo mismo ocurre para aquellos casos en los que se realizó la técnica Essure, que se retiró del mercado en 2017, pero que ya habían utilizado muchas mujeres y que no da opción a una cirugía reversible.

Cuando el procedimiento ha sido realizar un corte en la trompa, las posibilidades de éxito dependerán pueden ser del 75% dependiendo la longitud que se haya cortado. Es imprescindible que las trompas mida, al menos, 4 cm para que puedan seguir funcionando. En cualquier caso, tendrás que consultar con tu médico para que haga una evaluación personalizada de tu caso y valore la posible efectividad de una cirugía reversible.

La Fecundación in Vitro es posible

La técnica más empleada para conseguir un embarazo tras una ligadura de trompas es la Fecundación un Vitro (FIV). Las razones son que no es necesario recurrir a ningún tipo de cirugía, y que frente a esta aumentan las posibilidades de conseguir un embarazo. Se estima que el 40% de las mujeres menores de 40 años que se someten a este tratamiento consiguen quedar embarazadas tras la ligadura de trompas.

La FIV busca, mediante medicación, una estimulación ovárica para conseguir ovocitos con la calidad necesaria para que se produzca la fecundación. Se extraen de la paciente, se fecundan en laboratorio con semen, ya sea de donante o de la pareja, y el embrión resultante se transfiere al útero para que se implante, consiguiendo así el embarazo.

También existe la posibilidad de que los óvulos sean de donante, y en ese caso aumenta la posibilidad de embarazo. Esto, evidentemente, es siempre una decisión personal que hay que valorar muy bien con el médico, teniendo en cuenta todas las opciones y expectativas de la mujer ante un posible embarazo.