{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Cuando los niños son pequeños es normal que, aunque las necesiten, no quieran ponerse las gafas. En la mayoría de ocasiones, es improbable saber a ciencia cierta que el niño sufre algún problema visual, ya que el ojo todavía está en desarrollo, pero en algunos casos sí podrá detectarse con facilidad la necesidad de ponerle gafas.
Cuando esto sucede, algunos niños sienten las gafas como una novedad, se sienten más especiales y no rehúsan en ponérselas. Pero, habrá otros niños que se sientan muy incómodos, se vean raros o piensen que van a ser la burla de sus amigos. Entonces, ¿cómo podrás hacer para que se las pongan con total normalidad?
Lo más importante será que, como padres, no se contribuya a ese rechazo. Es decir, no realices algún tipo de comentario negativo, dando por hecho que el pequeño no va a querer ponerse gafas. De esta forma, podrás hacer que el niño piense que ponerse las gafas es algo malo y que no quiera llevarlas.
Será importante que el niño elija las gafas que más le gusten. De esta manera, estará más feliz por llevarlas. El pequeño deberá elegir el color y la forma, adaptándose a su gusto y a su personalidad
El oftalmólogo podrá ayudar a que el pequeño lo interiorice mejor. Ellos suelen estar acostumbrados a tratar con los más pequeños y que estén contentos con sus gafas.
Será esencial que hables con el niño sobre la importancia de la salud visual y las consecuencias de no llevar gafas.
Es importante que todo su entorno evite ciertos comentarios despectivos sobre las gafas. Por eso, habrá que tener especial cuidado en el colegio, evitando comentarios despectivos.