Impétigo en niños: qué es exactamente esta infección y cómo podemos tratarla

  • El impétigo es una infección en la piel que suele ser muy común y muy contagiosa entre niños y bebés.

  • Esta se traduce en unas ampollas, que suelen salir en la zona de la cara y de las extremidades.

El impétigo es una infección en la piel que es muy común y contigiosa que suele afectar, de forma general, a bebés y a niños. Normalmente suele aparecer en forma de llagas en la zona de la boca, especialmente en la nariz y en la boca. También, se puede dar en las extremidades, como en las manos y en los pies. Las llagas suelen explotarse y pueden producir unas costras en unos tonos marrones y miel. Por eso, será muy importante acudir a un especialista, para que la infección no vaya a más y evitemos el contagio. Se recomendará el tratamiento con antibióticos para ayudar a que no se produzca esa transmisión a otras personas. Además, será muy importante que tu hijo limite su actividad social y que no acuda ni a la escuela infantil ni al colegio. Esta precaución se mantendrá hasta que no contagie más, es decir, unas 24 horas después de la toma del antibiótico.

Eso sí, antes de tomar cualquier decisión lo mejor será consultar con un especialista, ya que él te dará las recomendaciones adecuadas que debes seguir. Los signos y los síntomas del impétigo son bastante claros. Estos incluirán llagas rojizas que se romperán con facilidad y comenzarán a supurar. Esto durará unos días y, después, se formará una costra de color marrón amarillento. Por lo general, como ya hemos comentado, estas llagas se formarán alrededor de la boca y de la nariz. Aunque tenemos que tener en cuenta que se podrán extender a otras partes del cuerpo con cierta facilidad. Esto se producirá a través de los dedos, la ropa o las toallas. Esta afección suele causar cierta picazón y dolor que, generalmente, suele ser bastante leve.

Las causas del impétigo

Una forma menos frecuente de la afección es el denominado ‘impétigo ampollar’, que puede producir, como su propio nombre indica, ampollas de gran tamaño en la zona del tronco del niño. También, existirá una variante más grave del impétigo, denominada ‘ectima’, que penetrará en las capas más profundas de la piel y producirá unas dolorosas llagas que podrán tener pus o líquido, que se llegará a transformar en unas úlceras profundas. Lo mejor será consultar, lo antes posible, a un especialista si sospechas que tu hijo o tu hija puede tener impétigo. Esto será crucial para que la infección no vaya a más. Las causas de este tipo de infección serán variadas.

Entre las principales nos podemos encontrar la edad, ya que el impétigo se suele dar en niños de entre dos y cinco años. También, serán cruciales en las condiciones en las que se desarrolle el niño y si acude a la escuela o no. Estas suelen ser grandes focos de este tipo de infección. Además, el impétigo será más normal con un tiempo caluroso y seco, como sucede en verano. Participar en determinados deportes también podrá hacer que se propague con más facilidad, ya que aquellos que impliquen el contacto piel con piel, como el fútbol, serán más problemáticos. Tenemos que tener en cuenta que las bacterias que causan el impétigo, de forma general, suelen penetrar la piel a través de pequeñas heridas, como picaduras de insectos o erupciones cutáneas.

Las complicaciones

Respecto a las personas adultas serán aquellas que sufran de diabetes o que tengan un sistema inmunológico debilitado los que tendrán más posibilidades de contagiarse. Normalmente el impétigo no suele ser peligroso y cuando la infección es leve, lo más normal es que las llagas se curen sin dejar ningún tipo de cicatriz. En raras ocasiones puede generar complicaciones como la Dermatopaniculosis deformante, que es una infección que afecta a los tejidos de la piel y que, con el paso del tiempo, puede extenderse hasta el torrente sanguíneo. Por eso, si no se trata, se podrá poner en riesgo la vida del pequeño. Muy pocas veces el impétigo suele provocar problemas renales y la formación del tejido cicatricial.

Cómo prevenirlo

La mejor manera de prevenir esta complicación es teniendo la piel limpia. Por eso, será muy importante enjuagar bien los cortes, las raspaduras y otras lesiones que pueda sufrir el niño, de forma inmediata. Para evitar que se transmita a otras personas habrá que enjuagar las zonas con cuidado y con jabón suave, lavar la ropa de la cama y de los niños, usar guantes cuando se aplique el antibiótico y cortar las uñas del niño infectado para que no se haga daño al rascarse. Además, deberás seguir, rigurosamente, las instrucciones del médico.

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