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Los biberones son uno de esos instrumentos que se utilizan en el día a día con tu bebé y que, también, por ello, que más se ensucian. Sí que es cierto que limpiarlos correctamente no entraña mucha dificultad, pero sí que habrá que dedicarle un tiempo y empeño. Muchos padres suelen decantarse por un esterilizador, pero en la mayoría de ocasiones no suele hacer falta.
Para limpiar el biberón correctamente se podrá usar un poco de agua y jabón. Esto habrá que realizarlo cada vez que se utiliza y, por tanto, después de cada toma. De esta manera, habrá que frotar bien para eliminar cualquier rastro de leche que haya en el biberón, ya sea fresca o seca. Por último, se tendrá que aclarar adecuadamente para que no quede nada de jabón y dejarlo secar.
Sí que es cierto que muchos padres, como hemos comentado, buscan esterilizarlo siempre. Esta acción solamente será necesaria en el caso de que se utilice por primera vez. Por eso, cada vez que se utilice, lo mejor será aclararlo con un poco de agua y jabón. Además, será importante fregar todos estos instrumentos con las manos limpias.
Una vez que está lavado nos surgirá la duda de cómo secarlo. Lo primero que habrá que hacer será eliminar todo el agua, poniendo el biberón sobre un papel seco de cocina, que absorberá todo el agua restante. Los trapos de cocina no serán recomendables si ya se han usado previamente. Por eso, lo mejor es que este sea su primer uso, ya que así no se acumularán microorganismos.
Otra alternativa, más rápida, será meter el biberón en el lavavajillas. Lo mejor será elegir un ciclo que sea con una temperatura alta para eliminar todas las bacterias. En el caso de que al abrir el lavavajillas nos encontremos con el biberón lleno de agua, lo mejor será volverlo a lavar. Si esto sucede significará que no lo hemos lavado correctamente y los microorganismos no han desaparecido.