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Cuando nacen es muy frecuente que los bebés presenten diversas manchas en la piel. Estas, por lo general, irán desapareciendo con el paso del tiempo, por lo que, en un primer momento, no habrá que asustarse si observamos que el pequeño las tiene, ya que es muy posible que no se quede ahí para siempre. Será el especialista quien nos confirmará el origen de la misma y cuánto, más o menos, tardarán en irse. Además, y según el tipo de mancha de la que se trate, podrá recetarte alguna crema o medicamento necesario para tratarla.
Como ya hemos comentado, lo más probable es que esas erupciones desaparezcan con el paso del tiempo. Aún así, muchos padres suelen preocuparse por la piel de sus bebés y acuden al pediatra para que le den una respuesta clara de lo que está sucediendo. Por ello, será muy importante que los progenitores estén informados de los tipos de manchas que pueden surgir en la piel de sus bebés para, así, no perder el tiempo en el médico. En Divinity, te explicamos qué erupciones puede padecer tu pequeño.
Una de las marcas más habituales es la denominada ‘beso de ángel’ o ‘picotazo de cigüeña’ y se trata de unas manchas de color rosáceo intenso que, normalmente, se localizan en el puente de la nariz, en la parte baja de la frente, los párpados superiores, la base de la cabeza y la del cuello. Aparecen en esas zonas porque son en las que los vasos sanguíneos quedan más cerca de la piel, más superficiales y, por ello, proporcionan cierto color. También, se les puede denominar manchas salmón y de modo más científico, nevo simple. Cabe destacar que se trata de una mancha benigna, que no requiere ningún tratamiento y que suele desaparecer a medida que va pasando el tiempo.
Otro tipo de erupción que suele aparecer son las manchas mongólicas, que son zonas extensas y lisas de la piel que están muy pigmentadas. Pueden aparecer en color azul o verde y suelen aparecer en las nalgas o en la espalda. Además, suelen ser muy comunes en aquellos bebés que tengan la piel más oscura. Este tipo de manchas desaparecerán con el tiempo y, en la mayoría de ocasiones, ya no estarán en la edad escolar.
También nos podemos encontrar con melanosis pustulosa, que son pequeñas ampollitas que se secan de forma rápida y se pelan, dejando unas manchitas oscuras muy parecidas a las pecas. Estas manchitas desaparecerán a las pocas semanas de aparecer.
Los bebés pueden padecer de acné neonatal, que son granitos blancos o amarillos que aparecen en la punta de la nariz o en la barbilla y que provocan secreciones de las glándulas sebáceas de la piel. Estas son acumulaciones de grasa que tienen volumen, pero, en realidad, suelen ser casi planas y con un tacto suave. Además, estos granitos no serán dolorosos ni picarán. Tampoco serán contagiosos ni tampoco estarán relacionados con la alimentación de la madre ni con su ritmo de vida.
Es posible que estas erupciones aparezcan en la boca y en las encías. Eso sí, lo más normal será que estos granos desaparezcan una vez hayan pasado unas dos o tres semanas. No se recomendará aplicar ningún tipo de producto, ya que normalmente suelen desaparecer solos.
Otra reacción que puede aparecer en la piel del bebé es la sudamina o miliaria, que se trata de una reacción en la piel ante la producción del sudor. Consiste en una obstrucción de las glándulas del sudor, que provoca granos que pueden ser rojos o blancos. Será muy importante intentar que el bebé no pase demasiado calor, para que no sude y, así, evitar la humedad. Solo en el caso de que la erupción sea muy molesta, el especialista podrá valorar recetar alguna crema o medicamento.
También, podrá aparecer un eritema tóxico, que se trata de una enfermedad cutánea inflamatoria benigna que suele desaparecer por sí sola. Aparece en los primeros días de vida y no requiere ningún tratamiento especial.