Presoterapia en el embarazo: pros y contras de hacer este tratamiento estético durante la gestación

  • En el embarazo es muy habitual que se produzca retención de líquidos y tener la sensación de piernas cansadas.

  • La presoterapia es de gran ayuda a la hora de tratar estas y otras molestias propias del embarazo.

  • Aunque se trata de una técnica no invasiva, es importante conocer sus pros y contras antes de recibir el tratamiento.

La transformación que sufre el cuerpo cuando estás embarazada se debe en gran parte a los diferentes cambios hormonales que conlleva la gestación. La retención de líquidos, problemas de circulación y pesadez en las piernas son comunes en el embarazo, y la presoterapia puede ser de gran ayuda para aliviarlos.

Es cierto que no todas las mujeres presentan los mismos problemas, pero la aparición de varices, o el empeoramiento de las que ya había, el incremento de la celulitis, etc., son muy habituales. Respetar el curso natural del cuerpo durante el embarazo no está reñido con evitar determinadas molestias y prevenir la aparición de, tal y como decíamos, varices o celulitis.

Te contamos en qué consiste la presoterapia, uno de los tratamientos estéticos más demandados, cómo puede beneficiarte durante el embarazo y en qué casos no es recomendable.

La presoterapia, un intenso masaje linfático

Los masajes linfáticos siempre son recomendables, sobre todo cuando existe algún tipo de problema circulatorio, como los que se originan en el embarazo. Pues bien, la presoterapia realiza uno mucho más intenso del que se puede llegar a hacer con las manos.

Se utiliza tanto para fines estéticos como médicos, y consiste en la aplicación de una presión controlada, generalmente en piernas, brazos y abdomen. Esta presión actúa sobre ciertos tejidos, favoreciendo el retorno venoso y linfático.

Se trata de una técnica indolora, no invasiva, y se realiza cubriendo las zonas a tratar en un traje neumático, con diferentes cámaras de aire que se llenan de aire de manera ascendente para reactivar la circulación sanguínea. Las sesiones duran unos 50 minutos, se pueden realizar dos a la semana, y los primeros resultados se aprecian de manera inmediata. La sesión debe ser placentera y relajada, y notar alivio en las zonas tratadas al terminar, además de notar la piel más lisa y con menos edemas.

Qué beneficios tiene durante el embarazo

Tal y como hemos dicho, el embarazo es una etapa en la que es fácil que el cuerpo retenga líquidos, algo que puede aliviar y tratar la presoterapia. Si se evita la retención de líquidos y mejora la circulación, también se evitan las varices, la celulitis y la sensación de piernas cansadas.

La presoterapia, al activar el sistema linfático, ayuda a eliminar la grasa acumulada, algo que puede sernos de gran ayuda, ya que en el embarazo no es siempre fácil mantener el peso bajo control. Y de cara al postparto siempre es más sencillo recuperarte si no has acumulado más grasa de la deseable en los meses anteriores.

Los beneficios, como ves, son tanto médicos como estéticos, por no hablar de que cada sesión puede suponer un rato estupendo para dedicarte a ti misma, sabiendo que te estás cuidando, sintiéndote más ligera y con menos molestias.

Contraindicaciones de la presoterapia en el embarazo

La precaución más importante que debes tener si vas a realizar sesiones de presoterapia durante el embarazo es que nunca, bajo ningún concepto, debe aplicarse en la zona del abdomen. Por otro lado, tampoco es conveniente hacer uso de la presoterapia en los tres primeros meses de embarazo. Esto no es ningún inconveniente, porque es realmente en los meses posteriores cuando el cuerpo empieza a acusar la retención de líquidos.

Una vez pasado ese periodo, las piernas son la mejor zona para utilizar la presoterapia , ya que sin duda son las más sufren la hinchazón y necesitan que se active la circulación. En el caso de que quieras sentir más alivio también puedes aplicarla en los brazos pero, recuerda, jamás en la zona del tronco.

Y tanto si estás embarazada como si no, la presoterapia debe evitarse en estos casos:

  • Si padeces problemas de tiroides, como el hipotiroidismo o hipertiroidismo.
  • Infecciones en la zona a tratar o fiebre.
  • Hipotensión.
  • Problemas cardíacos.
  • Inflamación de venas profundas o flebitis.

En cualquier caso, lo recomendable es que antes de recibir ningún tratamiento de este tipo te asegures de ponerte en manos de un buen profesional que te informe bien, y consultar con tu médico u obstetra.