El síndrome de muerte súbita en el lactante: por qué se produce y cómo evitarlo

Uno de los mayores temores de los padres, en los primeros meses del bebé, es la muerte súbita. Se trata de algo poco común, pero de lo que hemos oído hablar en diversas ocasiones y que, como es evidente, puede causar temor entre los progenitores. El síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) es la muerte repentina e inexplicable de un bebé de menos de un año de edad. La mayoría de estos fallecimientos están asociados con el sueño, por lo que a veces se conoce como ‘muerte en la cuna’.

La muerte súbita del lactante es tan temida porque hay pocas respuestas. Además, se trata de la principal causa de muerte entre los bebés de un mes a un año de edad y, a pesar de todos los años investigados, continúa siendo bastante impredecible pero hay ciertos tips que pueden hacer que los riesgos puedan reducirse considerablemente.

Lo más importante será que los bebés menores de un año de edad duerman siempre boca arriba. Así, dormir boca abajo o de costado incrementará el riesgo de SMSL. Sí que es cierto que será importante destacar que no existe un elemento que por sí solo pueda causar esta complicación. Por el contrario, sí será posible que se combinen varios factores y, por eso, la vida del bebé se pondrá en riesgo. La mayoría de las muertes ocurren en bebés que tienen entre dos y cuatros meses y, además, los casos se incrementan durante el clima frío. También, hay más niños que niñas que sufren esta complicación.

Entre otros factores de riesgo podemos encontrarnos con fumar, beber o consumir drogas durante el embarazo, así como un cuidado prenatal inadecuado, un parto prematuro o bajo peso al nacer y antecedentes familiares con SMSL. También, influirá en madres de menos de veinte años de edad, que estén cerca del humo del tabaco o que haga demasiado calor. Los médicos suelen diagnosticar la mayoría de problemas de salud según los síntomas que causan. Aún así, la mayoría de los diagnósticos solamente se pueden llevar a cabo después de haber descartado otras posibles causas de fallecimiento.

Esta revisión permitirá diferenciar entre las verdaderas muertes por SMSL de los accidentes, los casos de maltrato y las afecciones sin diagnóstico previo, como pueden ser los trastornos del metabolismo o del corazón. Como ya hemos comentado, será muy importante evitar que el pequeño duerma boca abajo. Tampoco se deberá poner al bebé a dormir de costado, ya que podrá rodar fácilmente durante el sueño y pasar de estar de costado a quedar boca abajo. Algunos especialistas han apuntado que dormir boca abajo podrá hacer que se produzca un bloqueo de las vías respiratorias y, así, dificultar la respiración.

Al dormir boca abajo será más probable que el bebé respire el aire que acaba de exhalar, especialmente si está durmiendo sobre un colchón que es más blando o acolchado. Además, como el bebé vuelve a inhalar el aire que exhaló, el nivel de oxígeno en el cuerpo se reducirá y se elevará el nivel de dióxido de carbono. Así, los bebés que fallecen por el SMSL, lo más probable es que tengan algún problema en la parte del cerebro que le ayuda a controlar la respiración y la interrupción del sueño.

Si un bebé está respirando aire viciado y no recibe el suficiente oxígeno, el cerebro suele enviar una señal para que el bebé se despierte y llore para recibir más oxígeno. Si el cerebro no emite esa señal, los niveles de oxígeno continuarán descendiendo. Así, será recomendable que duerman boca arriba hasta los 12 meses de edad. Tampoco será necesario usar posicionadores ni dispositivos que aseguran reducir el riesgo de SMSL.

Por tanto, para evitar este síndrome será importante colocar al pequeño a dormir sobre un colchón firme y cubrirlo con una sábana bien ajustada. Además, también se ha comprobado que este síndrome se reduce si se da el pecho o si se acuesta al pequeño con un chupete en la boca. Tampoco será recomendable fumar durante el embarazo o después del nacimiento ni tampoco consumir drogas o alcohol.