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Quitar el pañal es un momento complicado. El niño, acostumbrado a hacer sus necesidades en cualquier lugar y momento del día, sin tener que utilizar un váter o un orinal, tendrá que dar un paso muy importante en su vida. Eso sí, siempre con la ayuda de sus padres. De forma general, los niños abandonarán primero el pañal durante el día para, luego, controlar sus esfínteres por la noche, ya que será más complicado al estar dormidos. En la mayoría de ocasiones, esa necesidad de dejar de lado el pañal podrá surgir de los propios niños, aunque siempre necesitarán que sus padres le echen una mano. Por eso, es muy normal que existan una infinidad de dudas sobre cómo llevar a cabo este proceso y cómo hacerlo de la forma menos traumática posible.
Uno de los primeros sentimientos que deben nacer en el niño, para dar este paso, es el de la confianza, ya que si el pequeño no está preparado será muy complicado que se deshaga del pañal. Además, el papel de los padres será muy importante; deberán saber escuchar y percibir aquellas señales que el niño realice para hacer saber que ya ha llegado la hora de decir ‘adiós’ al pañal. También, tendrán que estar preparados para dejarlo por la noche, para el momento de dormir, de otra forma no se logrará que el pequeño controle sus esfínteres.
Será muy importante que sepamos que el pañal por la noche habrá que retirarlo cuando veamos que, por la mañana, este amanece seco. Si aparece mojado con cierta frecuencia, conviene esperar un poco, ya que podrán amanecer las sábanas mojadas. Así, el pequeño podrá enfriarse y las consecuencias serán peores. Otro aspecto a tener en cuenta es que habrá que retirarlo antes de los cinco años. De lo contrario habrá que consultarlo con un experto y ver por qué el niño sigue orinándose por la noche.
Sí que es cierto que habrá niños a los que les costará más quitarse el pañal que a otros. Esto sucede si cuando se despiertan observamos que el pañal está mojado, por lo que no tendría ningún sentido quitárselo, es mucho más recomendable esperar y que el proceso se realice de la manera más natural posible. Desde el punto de vista del sueño será mucho peor si nos adelantamos, porque el pequeño no dormirá tranquilo y se levantará empapado. Por eso, si el niño se sigue orinando mientras duerme, el mantenimiento del pañal será la única solución. Si este hábito sigue presente cuando ya haya pasado un determinado tiempo, lo ideal será buscar ayuda y la orientación de un especialista.
Puede que te preguntes en qué época del año será mejor deshacerse del pañal. Pues bien, no existe una fecha clave para que sea todo un éxito, aunque sí nos podemos encontrar con temporadas que serán más beneficiosas.
Por ejemplo, lo mejor será que le quites el pañal a tu pequeño durante los meses de verano, ya que, al hacer más calor, el niño estará más tranquilo y cómodo sin su pañal. Además, en el caso de que moje la cama siempre será mucho mejor que lo haga en verano que en otras estaciones del año cuando hace más frío. Este tipo de clima podrá hacer que el pequeño tenga más posibilidades de coger un resfriado, simplemente por la cantidad de humedad que habrá en el ambiente.
Habitualmente, los niños suelen dejar el pañal por el día entre los dos y los tres años de edad. Además, lo que más les costará conseguir será el control nocturno de la orina y esto será más fácil de conseguir a partir de los tres años de edad. Eso sí, hay que saber que a los cuatro años, uno de cada cuatro niños se seguirá haciendo pis en la cama, lo que supone que, en muchas ocasiones, haya que mantener el pañal hasta los cinco años.
Además de la predisposición del niño, será muy importante que los padres tengan una actitud adecuada. Cada vez que el pequeño se levante con el pañal seco, habrá que festejarlo y marcarlo en un calendario. De la misma forma, será muy importante proteger el colchón con un protector o una toalla porque es muy probable que se le escape el pis en varias ocasiones. Esto será algo normal y es importante que le hagamos saber que no pasa absolutamente nada.
También hay que conocer que es la enuresis infantil, que se da cuando el niño orina en repetidas ocasiones, de manera involuntaria, durante el día o en la cama por la noche. Esto ocurre, con más frecuencia, en los varones a partir de los cinco años y está relacionado con ciertos factores familiares y emocionales. También, puede ser consecuencia de enfermedades como la diabetes.