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El retraso madurativo es un tipo de diagnóstico que suele realizarse a edades tempranas. Esto es debido que entre los dos y los seis años es más complicado saber si esto se está produciendo o descartarlo. Este retraso madurativo está estrechamente relacionado con el desarrollo psicomotor, ya que se trata de un proceso continuo en el que el pequeño va adquiriendo, de forma ordenada y progresiva, una serie de habilidades en distintas áreas, como el lenguaje, sociabilidad, comunicación y capacidad manipulativa. Sí que es cierto que hay cierto margen de normalidad para adquirir dichas adquisiciones.
El retraso madurativo puede ser un diagnóstico muy frecuente en la consulta del pediatra, aunque en la mayoría de ocasiones no habrá una causa grave que lo provoque. De hecho, las complicaciones que se puedan presentar se resolverán con una adecuada estimulación y ofreciendo las oportunidades de desarrollo adecuadas a la edad del niño. En los niños con retraso madurativo se puede observar que dicho problema les afecta a diferentes áreas de desarrollo, como puede ser la social, motora, afectiva… Deben ser varias las áreas que se vean afectadas y, por tanto, si solamente hay un área afectada estaríamos hablando de un retraso en dicha área.
En muchas ocasiones, este retraso puede traer asociada la baja autoestima y falta de motivación, ya que el pequeño percibe que sus habilidades son inferiores en comparación con otros. También, este retraso madurativo suele ir acompañado de dificultades en el aprendizaje. Además, el retraso madurativo se considera un retraso cronológico y, por tanto, cuando se da, se desarrolla cierto retardo en el desarrollo, aunque el niño siga evolucionando. Por eso, el retraso madurativo no debe considerarse como un problema grave, ya que si se produce la estimulación adecuada y con el paso del tiempo suele normalizarse el ritmo de desarrollo del pequeño.
Pero, ¿cuáles son las causas de ese retraso madurativo? Si el niño no presenta ninguna alteración en la comunicación o dificultad en la socialización o algún problema de conducta, esto podrá ser un indicativo de que el retraso madurativo no es grave y que será reversible con la estimulación adecuada. El retraso madurativo puede deberse a un retraso madurativo simple, trastorno en el desarrollo o de espectro autista, síndrome de Asperger, otros síndromes genéticos como el síndrome de Down, la prematuridad, la escasa estimulación del niño y, también, se puede producir por distintas causas desconocidas.
Como ya hemos comentado, el retraso madurativo puede estar asociado a una escasa estimulación del niño si este no tiene las oportunidades adecuadas para desarrollarse. Los niños con enfermedades crónicas o graves pueden sufrir retrasos madurativos provocados por los tratamientos intensos o ingresos hospitalarios. Además, será una complicación que será fácil de diagnosticar y, también, no suele ser de gravedad. Eso sí, será muy importante diagnosticarlo a tiempo para que el especialista pueda recomendar el tratamiento más adecuado.
Por tanto, podréis seguir una serie de consejos para poder enfrentarse a ese retraso madurativo. Lo primero que habrá que hacer será acudir a un especialista si se piensa que algo no va del todo bien. También, habrá que tener en cuenta la opinión de los adultos que formen parte del entorno del niño, como sus profesores, que podrán conocer de primera mano cómo se está desarrollando todo. Una vez que se tenga un diagnóstico positivo habrá que proporcionar al pequeño una estimulación adecuada. La estimulación se tendrá que dar en las distintas áreas afectadas y, también, incidiendo en el problema. Será mejor realizar la estimulación conveniente para cada área incluso antes de que sea evidente cualquier tipo de retraso.
También, habrá que realizar actividades para trabajar el retraso madurativo como hallar la salida del laberinto, vestir al personaje, buscar la figura idéntica o unir fichas según sus distintas temáticas que ayuden a la estimulación de las áreas afectadas. De la misma forma será muy importante acudir a revisiones periódicas para observar el progreso del pequeño. Respecto a su tratamiento, los niños con retrasos madurativos suelen ser derivados a centros de atención precoz. Estos están formados por equipos multidisciplinares y se ofrecen las terapias adecuadas para cada paciente basadas en la estimulación.
Además, se trabaja con psicólogos, logopedas y fisioterapeutas, aunque siempre el trabajo de los padres será el más importante. Las áreas que se suelen trabajar son las de autonomía, lenguaje y comunicación, motricidad y las funciones cognitivas.