El hijo de Tamara Gorro y Ezequiel Garay cumple hoy dos años. Con motivo de esta fecha tan especial, su madre le ha dedicado unas palabras en sus redes sociales y se ha abierto por completo confesando varios de los momentos más duros de su vida en esta felicitación a modo de carta. ¡Dale al play!
"Mi rey...¿Sabes que a la definición “eres un regalo caído del cielo” tú si le puedes dar sentido?", ha comenzado la 'youtuber'. Tamara ha continuado explicando que, cuando decidió tenerle, lo quiso mantener en secreto y se fue a buscarle muy lejos. "Días antes de que fueras introducido en mi tripita, sucedió algo terrible: una de las cuatro únicas personas que sabían mi labor en ese país se marchó...Se fue al cielo y yo no pude despedirme de él, porque sabía que su deseo era que yo cumpliera el mío, tenerte", ha confesado. La presentadora ha resaltado que, cuando todo le parecía imposible y no podía salir de la cama por que estaba totalmente deprimida, su hijo llegó a su vida.
Tal y como ha contado la propia Tamara Gorro, su hijo consiguió, antes de haber nacido, demostrarle que nunca podría rendirse con nada, algo que le agradecerá de por vida. "Hermoso mío, espero poder estar a la altura de todo lo que mereces. Solo puedo prometerte algo que sé que jamás incumpliré: nunca te dejaré solo y te amaré de manera incondicional. Tú, tu hermana y papá llegasteis a mi vida para hacerla perfecta", ha continuado.
Para terminar, la presentadora se ha dirigido al hombrecito más pequeño de su vida, que ya ha cumplido dos añitos, y le ha dedicado estas últimas palabras: "Estos dos años vívelos solo como tú sabes: sonriendo, besando y abrazando. Gracias por existir mi rey, gracias. Te amo por siempre hijo mío, felices dos añitos tesoro".
El pasado mes de julio, la influencer sacaba la cara por su hijo Antonio al recibir una pregunta inapropiada sobre él para un vídeo en que respondía a las dudas de sus seguidores. Uno de ellos le preguntaba que si le pasaba algo a su hijo y señalaba "se le ve siempre muy lento". Tamara Gorro no tenía problema en contestar y le explicaba que su hijo no estaba enfermo y que si lo estuviera no tendría ningún inconveniente en contarlo. Además dejaba claro que por ver que una persona es más lenta en algo no se puede decir que está enferma.