Bolsos trenzados: de por qué son el accesorio tendencia de esta temporada a los 4 favoritos

En moda, hay piezas que son tendencia y otras que se convierten en símbolo. Cada temporada nos invita a redescubrir clásicos, pero hay ocasiones en las que un accesorio logra ir más allá de su función para transformarse en un manifiesto de estilo, en una extensión de nuestra forma de vivir, de movernos y de mirar el mundo. Así ocurre este año con el bolso trenzado, una pieza que ha dejado de ser un simple capazo veraniego para reivindicar su lugar como protagonista absoluto del armario contemporáneo.

No se trata solo de una moda pasajera. El auge de los bolsos trenzados responde a una transformación profunda en la forma de entender el lujo y el vestir. Vivimos en una época donde lo auténtico, lo natural y lo hecho con tiempo gana terreno frente a lo excesivo o impersonal. En este nuevo paradigma, los objetos que hablan de artesanía, de cuidado por el detalle y de belleza funcional, se convierten en los verdaderos objetos de deseo. Y pocos accesorios encarnan esta idea mejor que un bolso tejido a mano, con textura orgánica y esencia atemporal.

Lo fascinante de esta tendencia es su capacidad de evolución. El trenzado deja de ser sinónimo exclusivo de ‘boho chic’ o de vacaciones junto al mar, para reinterpretarse con una estética más refinada, urbana e incluso sofisticada. Las firmas de lujo han sabido ver su potencial, y también lo han hecho las marcas más accesibles, creando una oferta tan amplia como versátil. Hoy, llevar un bolso trenzado no es una concesión al calor o a lo estacional: es una decisión consciente, estética y cargada de intención.

El bolso trenzado representa una forma de habitar el verano sin prisas, con los pies en la tierra y el estilo por bandera. Su textura nos conecta con la naturaleza, su diseño con la elegancia relajada, y su historia con una larga tradición artesanal que, por suerte, vuelve a estar en el centro de todo. Ya no es solo un complemento, es una pieza con alma.

Y esta temporada, va a estar en todas partes.

Las grandes casas de moda han abrazado esta tendencia con entusiasmo. Loewe ha reinterpretado su clásico ‘Font Tote’ en clave minimalista con asas de piel y el logo en relieve jugando con una amplia gama de color.

Jacquemus ha jugado con la silueta estructurada de la cesta francesa para darle un aire más chic y contemporáneo en su ‘Le Panier Soli’. Bottega Veneta, por supuesto, ha hecho de su ‘intrecciato’ un arte, transformando el cuero trenzado en una joya arquitectónica que trasciende temporadas con el bolso ‘Andiamo’.

Y junto a ellas, firmas emergentes y accesibles como Parfois, Mango o Zara han lanzado sus propias versiones, demostrando que la belleza del trenzado no entiende de precios.

Lo más interesante es cómo se adapta a distintos momentos del día. En clave urbana, acompaña a trajes fluidos, conjuntos de lino o vestidos camiseros, aportando un toque artesanal que equilibra lo estructurado.

Por la noche, se cuela en estilismos más sofisticados con versiones en miniatura, metalizadas, en pieles muy trabajadas o con detalles joya.

En contextos informales, sigue siendo ese aliado perfecto para looks relajados, con un aire effortless que no pasa desapercibido.

Más allá de su estética, lo que hace especial al bolso trenzado es su capacidad de narrar una historia. Habla de manos que tejen, de tradiciones que perduran, de sostenibilidad, de viajes, de veranos pasados y de los que aún están por venir. Es moda con memoria, con textura, con carácter.

Y en un mundo donde cada vez valoramos más lo que tiene alma, no sorprende que este sea el accesorio estrella del momento.

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