Cómo llevar el amarillo mantequilla, el color tendencia de esta primavera
El amarillo mantequilla se ha erigido como uno de los colores favoritos de 2025, un tono que ha conquistado las pasarelas
No es un tono fácil de combinar, aunque existen colores con los que funciona perfectamente y trucos que se pueden aprender
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El amarillo mantequilla se ha erigido como uno de los colores favoritos de 2025, un tono que ha conquistado las pasarelas, los armarios de famosas e influencers y las colecciones de marcas de todos los niveles. Firmas como Proenza Schouler, Givenchy, Chloé, Chanel, Toteme, Prada o Burberry lo han incorporado en sus colecciones tanto de otoño/invierno, como de primavera/verano 2025 e incluso hay quien pronostica que seguirá siendo protagonista en el invierno de 2026. Marcas como Zara, Mango o COS también lo han incluido en sus colecciones de temporada, adoptando una tendencia que se ha globalizado.
Este amarillo conocido como ‘butter yellow’ en inglés no siempre tiene un único código de Pantone oficial porque es más una tendencia de tono que un color único con código fijo. Sin embargo, se asocia a tonos suaves de amarillo pálido que se crea a partir de una base de amarillo pastel, con un toque de blanco para suavizar y un punto cálido, a veces una pizca de beige o incluso un toque de naranja o dorado muy diluido, que dan como resultado es un color luminoso, cremoso y delicado.
El problema del amarillo mantequilla, menos vibrante que un amarillo limón o canario, y más suave que un beige, es lo que sucede con casi todos los amarillos: ni sienta bien a todos los tipos de pieles, ni es un tono fácil de combinar. Pertenece a los tonos cálidos, razón por la que favorece especialmente a pieles con subtonos cálidos o neutros. No obstante, en pieles más oscuras o con subtonos fríos puede de resultar elegante y sofisticado. En cualquier caso, existen colores aliados y trucos que se pueden aprender si este año se ha convertido en uno de tus tonos favoritos.
Cómo llevar el amarillo mantequilla
El amarillo mantequilla combina armoniosamente con tonos neutros como blanco, negro, camel y azul y la manera más efectista de incorporarlo a un look es mediante el uso de prendas monocromáticas, como trajes sastre, vestidos, faldas o chaquetas, no obstante, para quienes prefieren un toque más sutil, una buena opción es tirar de complementos. Es una manera de aproximarse a este tono sin correr demasiados riesgos y un modo de probar diferentes combinaciones y mezclas de colores.
Un bolso de color amarillo es un complemento que puede dar luz y vida a tus looks, especialmente si te gusta tirar de básicos y eres prendas sobrias, así como de tonalidades neutras como los grises, marrones y tierra, blanco, negro y azul marino. No sólo no va a desentonar, sino que va a sumar muchos enteros al look.
Los zapatos también pueden ser tus aliados si has optado por prendas clásicas como un modo de romper la monotonía sin arriesgar demasiado, aunque si tienes un punto más atrevido puedes apostar por unos zapatos amarillos para romper un look monocromático.
Pero no todo tiene que ser tan básico y contenido, nada te impide combinar el color amarillo mantequilla con prendas de tonos más atrevidos, porque hay numerosos colores que combinan bien con este color, tanto los neutros ya mencionados, como otros tonos pastel como el rosa, el celeste, el lavanda o el gris, así como algunos más intensos como el marrón chocolate o el verde salvia.
Lo cierto es que algunas mezclas pueden ser combinaciones potentes y arriesgadas que hay que saber controlar, así que empieza por lo más obvio, que son los tonos neutros, y seguidamente prueba con su color complementario en el círculo cromático y añade un toque de lavanda.
El siguiente paso para graduarte en la ciencia del amarillo mantequilla, es probar con prendas inferiores. Al tratarse de piezas que quedan muy alejadas de la cara, no es tan relevante que vayan bien con el color de tu piel. Un pantalón o una falda de este tono es una prenda que pueden pasar por conceptual, tradicional y hasta megapija, según con qué se combine por arriba. Puedes ir a lo que sabes que va a funcionar, que son los tonos neutros, o sumar tonalidades tan dispares y especiales como el azul verdoso, el verde agua o el naranja, porque lo que tienen en común todos estos tonos es que son colores cálidos y, del mismo modo que que el amarillo mantequilla, tienen en su mezcla alguna parte de amarillo, aunque en ninguno es el color dominante.
Entre las combinaciones más dramáticas, están aquellas en las que el amarillo compite en con otros colores cálidos y empolvados como son el rosa bebé, el lila, el verde menta o el celeste. En estas mezclas es fundamental elegir bien la tonalidad a combinar para que el conjunto sea equilibrado y siempre será más fácil conseguir la armonía haciendo que destaque uno por encima del otro o añadiendo un tono neutro que equilibre.
Pero el amarillo mantequilla combina también muy bien con tonalidades frías, entre las que destacan el gris y el blanco, aunque también funciona perfectamente con todas las tonalidades de violeta, con el turquesa y el celeste. Lo importante a la hora de combinarlo es evitar una paleta demasiado plana, es decir, si eliges por mezclarlo con otro tono pastel, hay que intentar que uno de ellos sea el protagonista y el otro aparezca como un detalle o bien, trata dar fuerza al look con un tercer color como el marrón chocolate.
Igual que sucede con otros muchos otros colores, el amarillo mantequilla no es adecuado para todo tipo de prendas, ni le va bien cualquier tipo de patrón. Es un color relajado más cercano al estilo boho o al coquete, que a lo que suene a sexy y sensual, lo mejor es optar por prendas sencillas, aunque también son buenas opciones los estilos minimalistas y los de aire vintage.
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