Los llamativos vaqueros cuadrados de Ksenia Schnaider: cuestan 675 euros y no dejan a nadie indiferente

La nueva colección de denim de la firma ucraniana Ksenia Schnaider busca escribir su propio capítulo en la historia de la moda
Guía definitiva para encontrar los vaqueros que mejor le sientan a cada tipo de cuerpo
Los vaqueros son ese básico incombustible que cada temporada se reinventa para mantenerse siempre vigente. A veces, el proceso pasa por revisitar siluetas del pasado, reformulando cortes que en su momento fueron icónicos. En otras ocasiones, las menos frecuentes pero más impactantes, se trata de auténticas innovaciones de diseño, propuestas que rompen moldes y buscan escribir su propio capítulo en la historia de la moda. Es precisamente esto último lo que logra la nueva colección de denim de la firma ucraniana Ksenia Schnaider.
Esta colección cápsula, concebida como un experimento creativo y visual, se inspira en la estética pixelada del universo digital, pero llevada al plano físico con un lenguaje geométrico y escultórico. El resultado es una línea de prendas y accesorios confeccionados en tejido vaquero que parecen haber sido exportados directamente de un videojuego. Pantalones, chalecos, chaquetas, faldas, bermudas, camisetas y hasta sombreros, que se definen por cortes rígidos, formas cúbicas y líneas abruptas que transforman el cuerpo en una figura tridimensional.
Fundada en Kiev en 2011 por Ksenia y Anton Schnaider, la firma se ha ganado reconocimiento por su enfoque centrado en la moda sostenible. Su método de producción parte del upcycling de jeans de segunda mano recolectados en mercados vintage, que se utilizan para crear nuevas piezas. Desde el lanzamiento de sus ya célebres "demi-denim jeans" en 2016, la firma ha aparecido en los armarios de iconos como Céline Dion, Dua Lipa, Bella Hadid o Adwoa Aboah.
Los vaqueros cuadrados de Kenia Schnaider
Los jeans de doble silueta de esta firma ucraniana rompieron con la simetría clásica del denim, pero la nueva colección de “vaqueros cuadrados” desafía no solo las leyes de la física, sino los conceptos de forma y funcionalidad. Según la propia marca, el proyecto comenzó como una broma interna, un guiño al absurdo de la estética digital, pero evolucionó rápidamente hacia un ejercicio conceptual.

Las prendas se fabrican de manera individual y únicamente bajo pedido, con fecha límite hasta el 10 de julio. Cada cliente debe enviar sus medidas exactas, ya que las piezas se construyen en dos capas: una exterior, con la silueta cúbica visible, y otra interior, diseñada para ajustarse al cuerpo y mantener la estructura erguida.
El pantalón, que es una de las piezas más llamativas de la colección y la que empieza a arrasar en redes sociales, es un objeto de moda casi escultórico que cuesta 675 euros y funciona tanto como prenda, como obra de arte.
Más allá de su factura técnica, esta colección representa un punto de inflexión para la firma. En palabras del propio estudio: “Este proyecto es un experimento lúdico y casi absurdo que comenzó como una broma, pero rápidamente se convirtió en un estudio conceptual completo”. Una moda que se sitúa en el mismo plano de exploración formal que una escuela de arte con todo lo que ello implica de riesgo, libertad y creatividad.
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