El look de Charlene de Mónaco en la gala del Balón de Oro 2025, al detalle: un vestido nupcial con la espalda descubierta
La princesa ha asistido a la gala del Balón de Oro 2025 con un vestido nupcial de la lujosa firma Elie Saab por un relevante motivo
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La ciudad de París se vistió de gala para acoger la 69 edición del Balón de Oro, la ceremonia que reconoce a los mejores futbolistas del mundo y que este año tuvo lugar en el Théâtre du Châtelet. Desde las 19:00 horas, el desfile de invitados comenzó a llenar de expectación la alfombra roja, mientras que la entrega de premios arrancó a las 21:00. A la cita no faltaron algunos de los nombres más destacados del fútbol internacional, como Andrés Iniesta, Raphinha o Lamine Yamal, acompañado de una comitiva de veinte personas entre familiares y amigos. Tampoco faltaron figuras históricas, entrenadores y personalidades del deporte y la cultura.
En medio de esta constelación de rostros conocidos, la sorpresa de la velada la protagonizó la princesa Charlene de Mónaco. El Principado había confirmado horas antes su participación, anunciando que sería la encargada de entregar el premio Sócrates, un galardón que distingue la labor social y solidaria de los jugadores fuera de los terrenos de juego. La exnadadora olímpica, comprometida con la juventud y la educación a través del deporte, se convirtió en uno de los rostros más esperados de la noche. Y lo hizo con un look pensado al detalle que no pasó desapercibido.
El vestido nupcial elegido para la ocasión
Para su aparición en la gala, Charlene de Mónaco optó por un diseño de Elie Saab, una de las casas de alta costura más vinculadas a su estilo. Se trataba de un vestido blanco estilo nupcial de corte recto, largo hasta los pies y confeccionado en un tejido de caída fluida. El escote barco aportaba sobriedad a la parte superior, equilibrado con unas mangas largas que cubrían por completo los brazos. El patrón, sencillo en apariencia, incorporaba pliegues estratégicos que realzaban la silueta y un drapeado discreto que destacaba en la parte trasera. El detalle más llamativo estaba en la espalda, con un corte asimétrico que dejaba ver parte de la piel y añadía un toque diferente al conjunto.
Accesorios discretos
La princesa acompañó el vestido con un bolso de mano plateado y unos pendientes de diamantes en forma de coral. Ambos elementos aportaban luz al conjunto sin restarle protagonismo al vestido. El peinado, recogido en un moño bajo, y un maquillaje sobrio completaban la elección estilística. La coherencia de cada pieza del look reflejaba una apuesta calculada para una cita internacional donde su presencia tenía tanto de institucional como de personal.
El papel de Charlene de Mónaco en la gala
Más allá de la moda, su asistencia estaba directamente relacionada con el premio Sócrates. La organización quiso que la princesa entregara este reconocimiento por su trayectoria como deportista olímpica y por su implicación en proyectos solidarios vinculados a la juventud y la educación a través del deporte. Con este gesto, la gala del Balón de Oro subrayó no solo la excelencia deportiva de los jugadores premiados, sino también la importancia de quienes utilizan su influencia para generar impacto positivo fuera del campo.
Habitualmente era el príncipe Alberto quien acudía en representación de Mónaco a este tipo de ceremonias. En esta ocasión, el protagonismo recayó en Charlene, que posó primero en solitario y después junto a los organizadores. Su aparición sirvió no solo para entregar un premio, sino también para recordar su propia historia en el deporte: fue nadadora olímpica en los Juegos de Sídney 2000 y alcanzó logros destacados en competiciones internacionales. La princesa unió así su faceta personal y su rol institucional en una de las noches más mediáticas del calendario futbolístico.