Sombra aquí, sombra allá: consejos básicos para elegir la paleta de maquillaje perfecta

  • Sácale todo el partido a tus ojos con una paleta de sombras que te ayude a realzar la mirada.

  • Te contamos qué necesitas para dar con la paleta que más te conviene y utilizarla de la mejor manera.

Una de las claves de un buen maquillaje es conseguir enmarcar y realzar la mirada, y eso no se logra solo con un delineador y una máscara de pestañas. Las sombras de ojos son muchas veces las grandes ausentes en los neceseres de belleza, pero si sabemos dar con las adecuadas y descubrimos cómo usarlas a nuestro favor podemos convertirnos en unas incondicionales absolutas de ellas. No en vano, lo que sienten por ellas las make up artist es absoluta devoción.

Lo ideal es conseguir, al menos, una paleta de sombras que nos dé juego en un beauty look de día. Y a partir de ahí podemos ir sumando paletas que nos permitan potenciar la mirada con looks más arriesgados o de fiesta.

Una paleta no es otra cosa que un producto en el que podemos encontrar combinaciones de entre 3 y 100 sombras, pero quitando a las maquilladoras profesionales, con paletas de 3 y 4 sombras tendríamos suficiente. Si eres nueva en esto de las sombras, los expertos recomiendan hacerse con alguna en tonos básicos, como el nude, el tierra y el negro.

A la hora de elegir paleta, si buscas por ejemplo una en tonos tierra, debes asegurarte de que los tenga en diferentes intensidades, y si es posible que combine tonos mates con al menos uno metálico o nacarado, para que puedas conseguir un toque de brillo en la zona del lagrimal o de la ceja.

Los tonos que más te favorecen según tu color de ojos

Puedes elegir los colores que quieras según tus gustos, preferencias y estilo, pero lo cierto es que unos te van a favorecer más que otros dependiendo de cuál sea tu color de ojos.

  • Ojos marrones: la mejor elección para intensificar tu mirada es una paleta de sombras en tonos tierra, cobre, bronces y rojizos. El naranja, por muy arriesgado que parezca, es perfecto para aquellas que tienen los ojos de color marrón, ya hace tu mirada más estilizada. En cambio, no les favorecen los tonos pastel, ni los azules y verdes.
  • Ojos verdes: los tonos ideales para este tipo de ojos son los propios verdes y los marrones (en especial si los ojos son de un verde oscuro). Pero también pueden jugar con total garantía de éxito con rosas, morados y rojizos anaranjados. No les favorecen los tonos azules.
  • Ojos azules: los colores que mejor les van son toda la gama de azules y grises, y también los rosas, lilas y marrones. Para crear contraste cuentan con tonos amarillos y rojizos, pero nunca con el verde.
  • Ojos negros: los marrones, grises y ahumados son sus tonos ideales. En general les queda bien cualquier color: dorados, rosas, morados… pero no azules ni verdes.

La textura de las sombras

Llegados a este punto hay que decidir entre dos tipos de textura, polvo o crema. Ambas tienen sus ventajas e inconvenientes, así que si no sabes por cuál decidirte prueba a tener una paleta de cada tipo, con diferentes tonos, para que el propio uso te ayude a decidir qué es lo que más te conviene. En cualquier caso, te contamos cómo son cada una de ellas para que te sea más fácil orientarte en tu elección:

  • Sombra en crema: son fáciles de aplicar y se extienden sin ningún problema, ya sea con un pincel específico o con la propia yema de los dedos. Se mantienen intactas mucho tiempo y con algunas puedes hasta perfilarte el ojo. En cuanto a los inconvenientes, es más difícil difuminarlas y los tonos disponibles tiendes a ser más opacos. Puedes evitar la tendencia que tienen a cuartearse usando debajo una base waterproof.
  • Sombra en polvo: es el formato más clásico, y se mezclan y difuminan con mucha facilidad. La aplicación, con pincel, también es muy sencilla. Sus inconvenientes son que aguantan menos horas, tienden a cuartearse y si te excedes en su aplicación puedes acabar arruinando parte de tu maquillaje.

Cómo aplicar la sombra

Es muy posible que sigas el patrón aprendido de que la sombra más oscura va en el párpado inferior y la más clara en el superior. Y no andas errada, pero si te limitas a ese sencillo gesto te estarás perdiendo un montón de posibilidades. Por eso queremos proponerte unas sencillas ideas para sacarle partido a la forma de tu ojo:

  • Ojos pequeños: demarca el pliegue del párpado con una sombra oscura hasta conseguir una forma de V. Rellena el interior del párpado con una sombra algo más clara o nacarada y conseguirás que el párpado parezca más grande de lo que es.
  • Ojos separados: aplica la sombra más oscura en la zona del párpado más próxima al lagrimal y suaviza el tono, en una especie de degradado, según vayas hacia fuera.
  • Ojos juntos: en este caso habría que hacer justo lo contrario, deja para la parte más externa del párpado la sombra oscura, y ve difuminando el tono hacia la zona del lagrimal. Para rematar el resultado, da un ligero toque de iluminador en el centro del lagrimal.