En la afombra roja de los Oscars pudimos ver muchos vestidos clásicos con escotes de palabras de honor y colores apagados. Los que triunfaron sobre el resto fueron los de color blanco. El de Jennifer Lawrence, ganadora del Oscar a mejor actriz por su papel en 'El lado positivo de las cosas', fue uno de los más destacados de la noche, no sólo por su elegancia y dimensiones, sino porque parecía sacado de una boda.
Si echamos un vistazo a las últimas galas de Hollywood, muchas son las famosas que se decantan por este tipo de vestidos. No sabemos si es por la morriña de no haber tenido boda todavía pero incluso el maquillaje y peinado coordinan perfectamente con un evento nupcial.
Eso sí, los vestidos que lucen las divinitys no son los de una boda habitual. Los escotes profundos y los brillos excesivos son algunos de los detalles que no cuadrarían en una celebración corriente.
Otra de las piezas que tiene un éxito sin precedentes son los vestidos sin mangas y atados al cuello. De inspiración romana, el peinado ideal para estas prendas es un recogido despeinado con trenzas pequeñas. La cantante de country, Taylor Swift no acertó con el pelo suelto y flequillo recto en esta ocasión.
Las mangas largas en los vestidos de novia son algo inusuales pero dan un toque vintage muy en boga en la actualidad. En este caso, el pelo a un lado y maquillaje sencillo es idóneo. Miley Cyrus otorga un aire rockero a su vestido con su peinado de punta platino.
El bolso que debemos elegir para este tipo de vestidos es el 'envelope clutch' que tanto gusta entre las celebs.