Mc Gowan, una de las primeras denunciantes de Harvey y activista del movimiento #MeToo, había acusado a Messick de haber propiciado un encuentro con Weinstein en un spa durante el festival de Sundance de 1997.
La familia de Messick, madre de dos hijos, ha emitido un comunicado en defensa de Messick y que intenta explicar la horrible situación que la representante de actores y su entorno estaban viviendo. "La velocidad con que se diseminó la información conllevó falsedades sobre Jill como persona, las que no podía ni deseaba desafiar. Ella se convirtió en un daño colateral de una historia ya horrenda", explica la familia.
"Optó por no añadir leña al fuego, permitiendo que su nombre y su reputación fueran mancilladas pese a no haber hecho nada malo, pero ver su nombre en los titulares una y otra vez, como parte del intento de Mc Gowan por ganar más atención para su causa fue devastador para ella", añade el comunicado. "Jill creía en el movimiento #metoo, apoyaba que cada mujer pudiera dar un paso al frente para compartir sus oscuras verdades. Era muchas cosas, pero no era una mentirosa", concluye la carta de la familia.