Una de las parejas más famosas de la farándula estadounidense podría estar atravesando una grave crisis después de trece años informado en de matrimonio. Según ha exclusiva el portal Page Six, Gisele Bündchen ha abandonado su vivienda familiar para trasladarse a Costa Rica tras tener una “pelea épica” con su marido, el histórico deportista Tom Brady, debido a su decisión de abandonar su retiro profesional y regresar a los entrenamientos del futbol americano.
“Tom y Gisele están peleados ahora mismo”, explicaba una persona cercana al matrimonio al citado medio, afirmando que esto ya ha sucedido con la pareja en otras ocasiones, pero que siempre acabó en reconciliación. “Ha habido problemas en el matrimonio por su decisión de no retirarse. Gisele siempre ha sido la que ha estado con los niños. Habían acordado que él se retiraría para centrarse en la familia, pero luego cambió de opinión”, hacía saber una segunda fuente.
Una información que llega después de que Tom, considerado el mejor jugador de todos los tiempos del fútbol americano, se perdiera 11 días de entrenamiento en agosto. Brady alegó que su ausencia había sido motivada por problemas en su vida privada: “Todo el mundo tiene diferentes situaciones con las que lidiar. Todos tenemos retos realmente únicos en nuestra vida. Yo tengo 45 años. Hay un montón de cosas que pasan”, no quiso entrar en detalles.
Los caminos de la top model y el deportista se cruzaron hace 15 años gracias a un amigo en común que organizó una cita a ciegas. Según comentaba Gisele en una entrevista para Vanity Fair, aquel día supo que era el hombre de su vida. Por su parte, él aún mantenía una relación con Bridget Moynahan, por lo que acudía a la velada únicamente para hacer una nueva amiga. No obstante, debido a su innegable química, Brady no tardó en concluir su noviazgo para iniciar una relación con la que sería la madre de sus hijos.
Sus inicios no fueron fáciles. Tan solo dos meses de iniciar surgía el primer escándalo público: Bridget, la expareja del quarterback, estaba embarazada. “Yo sentí que mi mundo se volteaba de cabeza", admitía Gisele que esta fue una de las etapas más complicadas, aunque ahora define a su hijastro como una "bendición". El amor pudo con todo y lograron salir adelante, celebrando no una, sino dos bodas espectaculares y formando una de las familias más estadounidenses más populares de los Estados Unidos con sus dos hijos en común.