La confusión viene justo por ahí: su país de origen. Nico, caraqueño de 33 años, estuvo "tomando la semana pasada un café con Paula", según confirma a Divinity.es, en un local de la zona madrileña de Velázquez. Fue poco antes de que ella se desplazarse a San Vicente de la Barquera para la comunión, en una de las pocas apariciones de ocio público que está permitiéndose últimamente.
Un encuentro normal, sin carácter romántico, en el que estuvieron hablando de sus cosas. "Hemos coincidido en varias cenas, no somos mejores amigos, pero nos tenemos mucho cariño y la niña es estupenda", explica Toth, cuyo teléfono lleva toda la mañana sonando.
Su trabajo le lleva a conocer a mucha gente. Y a tener muy buena relación con muchos de ellos. Su empresa de comunicación, especializada en marcas de lujo, lleva desde restaurantes a bodegas, pasando por marcas de bolsos, joyas o ropa. También organizan eventos y ofrecen servicios de gabinete de prensa y relaciones públicas. "Nos conocimos hace dos años en una cena y nos caímos muy bien desde el principio, pero solo somos amigos. No tengo nada que ver en otro sentido con Paula", insiste.