Todo lo que sucede en la vida de Marta Ortega se convierte en noticia, sobre todo si encuentra el amor. Por eso sorprende poco que su relación con Sergio Álvarez Moya llenara en su momento las portadas de la prensa del corazón. No solo tuvieron un romance, la pareja estuvo casada durante cuatro años, en los que tuvieron a su único hijo en común, el pequeño Amancio.
Ahora esa relación ya forma parte del pasado. Marta y Sergio rompieron su matrimonio, superaron la situación y rehicieron sus vidas por separado. Marta se enamoró de Carlos Torretta, apostaron por su relación a pesar de que en los comienzos tuvieran que vivirla a distancia, y pusieron un punto y seguido a su historia de amor con una de las bodas más grandes y discretas del momento.
Siguiendo con su tónica habitual, tras los momentos de gran exposición que vivió tras la boda, Marta regresó a su vida discreta de siempre, con pequeñas escapadas a fiestas o eventos, pero principalmente centrada en su trabajo y su familia, que no deja de crecer, pues junto a su nuevo marido ha tenido dos hijos más, Matilda y Manuel. Igual de discreto ha sido Sergio, quien también ha sabido pasar página, evitando cerrar su corazón para siempre tras el final de su matrimonio.
En el año 2015, tras cuatro de matrimonio y otros tantos de relación, Marta Ortega anunciaba el final de su unión con el jinete Sergio Álvarez Moya. La pareja decidía emprender caminos separados, pero siempre unidos por el bienestar de Amancio, el hijo que tienen en común.
Los caballos era una de las pasiones que compartían y una en la que Sergio no dudó en refugiarse después del final de su matrimonio. Competir era su profesión antes y lo siguió siendo después, aunque no siempre lo ha tenido fácil porque a lo largo de los años ha tenido que hacer frente a momentos complicados y lesiones. A pesar de ello, logró ser Campeón de España en 2016 y 2020.
Además de estar centrado en su carrera como jinete, también ha querido emprender con negocios relacionados con este mismo mundo, por ejemplo, junto con el futbolista Sergio Ramos compró, según informaron en Vanity Fair, el caballo Álamo, uno de los mejores del mundo. Los caballos son para él una parte esencial de su vida y a la que no quiere renunciar. Tampoco parece haber renunciado al amor y tras su separación de Marta se le han conocido varias relaciones, como la que mantuvo con la modelo francesa Charlotte Muray, o con la arquitecta y amazona Nina Ulenberg.
Actualmente, tal y como anunciaron desde Vanitatis en exclusiva en su momento, parece que su corazón lo ocupa la chilena Jacinta Errázuriz Chadwick, con quien comparte muchos intereses, pues ella es también amazona. Se trata de la heredera de las bodegas familiares Viña Errázuriz en Chile, que, igual que le sucede a él, tiene un hijo fruto de un matrimonio anterior. Jacinta estuvo casada con el jinete chileno Jorge Matte, de quien Sergio fue entrenador.
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