Ainhoa Arteta hace una declaración de intenciones un año después de su desgracia vital

Hace exactamente un año, Ainhoa Arteta estuvo a punto de morir. Pero como logró sobrevivir a aquello, su optimismo le hizo darle la vuelta a la tortilla y ver aquel día como un 'renacer'. Así lo afronta ahora, cuando su cumple el fatídico primer aniversario de una serie de catástrofes de salud que le hicieron estar en coma y por las que perdió varios de sus dedos.

Todo comenzó durante sus vacaciones en Jerez de la Frontera, Cádiz. La artista acababa de retomar su agenda de conciertos tras superar la covid-19, virus que le dejó secuelas durante meses. Ese fin de semana, la vasca se disponía a disfrutar de unos días de descanso cuando comenzó a encontrarse mal. Quienes se encontraban con ella la acompañaron hasta el hospital de El Puerto de Santa María, donde fue ingresada. Fue entonces cuando le diagnosticaron un cólico nefrítico.

Tras la intervención, que normalmente suele ser rutinaria, su estado de salud empeoró hasta tal punto que Ainhoa tuvo que ser trasladada en helicóptero al hospital Vírgen del Rocío de Sevilla, donde entró directamente en la UCI. La urgencia era tal que le indujeron un coma para controlar la situación

"Consecuencia de la intubación y lo que viví tengo lo que llamo heridas de guerra en las manos y pies (han tenido que cortarle parte del dedo índice de la mano derecha y un dedo del pie derecho)", contó ella misma tras volver a casa a los compañeros de ABC después de días en los que se contaba con pocas certezas sobre su situación, que llegó a ser crítica.

Los hijos de Ainhoa Arteta, fundamentales en su 'renacer'

Ya entonces, en esta primera entrevista, Ainhoa Arteta aseguró que ese 26 de julio en el que despertó del coma volvió a nacer. Misma expresión que ha utilizado en su último post de Instagram, donde posa con sus dos hijos y hace balance de este largo año del que se queda con lo bueno.

Ella, "la que volvió hace un año a incorporarse en este mismo cuerpo con heridas de guerra pero para dar mucha más todavía", está feliz por estar. Y por estar con sus dos hijos, "dos magníficos motores jóvenes" llamados Sarah e Íker, de 22 y 12 años respectivamente. "Mi carrocería resistirá", les ha prometido, "y nos ayudaremos los tres con la experiencia y el ímpetu de aprender y ver cada día algo nuevo para volar más alto y más firme que nunca".

Además, en esta misma publicación en la que ha recibido un aluvión de apoyo y en la que da fe de su parecido físico con su hija mayor, defensora de la soprano en sus peores momentos, Ainhoa Arteta también ha querido dar las gracias a quienes le han acompañado en este desierto. "Todos aquellos que habéis estado conmigo este primer año de vuelta a la vida hoy estáis presentes. Desde médicos, sanitarios, amigos, familia, teatros, colegas, MIS HIJOS", ha incidido. "Gracias a ellos soy un bimotor recuperado y feliz de estar disfrutando cada día".