El accidentado viaje de Tamara Gorro a Formentera: "Esto se hunde, qué agobio"

  • Tamara Gorro nos ha hecho partícipes de sus vacaciones con amigos a Formentera, donde ha hecho frente a uno de sus miedos con tal de hacerse una foto

Ya tocaba desconectar. La salida de Ezequiel Garay del Valencia ha supuesto un tsunami vital para su familia. También para Tamara Gorro, a la que le ha tocado despedirse de la ciudad que vio crecer a sus peques para iniciar una nueva etapa sin hoja de ruta. Aún desconocen cuál será el próximo destino profesional del futbolista. Si se quedarán en España o tocará volver a hacer las maletas para acompañar al argentino en su nuevo reto laboral. Ya están acostumbrados a asumir cambios, así que esto no sería un problema. Pero de momento, con la incertidumbre de dónde estarán a partir de septiembre, la influencer y los suyos han decidido disfrutar del aquí y el ahora. Lo han hecho con unas merecidas vacaciones de las que nos han hecho partícipes (incluyendo esa tronchante cara B que tanto le gusta compartir con su familia virtual).

Nos prometió que su plan a corto plazo era irse de veraneo en familia por España para "estar todo el día tumbada, tomando el sol, sin hacer nada y comiendo". Y así ha sido. Formentera ha sido el lugar escogido por la pareja para disfrutar de una semana con amigos. Y claro, con una agua tan cristalina como la balear, no había fobia que valiese para irse a casa con la típica foto postureo que uno sabe que arrasará fijo en su feed de Instagram. Eso sí, el proceso no ha sido fácil.

"Estamos en un barquito de esos que se mueven muchísimo. Ya conocéis a la Gorri, yo no me meto en el agua ni de coña, me da miedo", ha confesado a sus fans a través de los stories, donde se ha colado algún que otro elemento extraño que ha provocado las carcajadas de sus compañeros de aventura ("Hay una tetilla que se ha escapado, pero no pasa nada "). Ezequiel, al que tampoco le gusta nada bañarse en alta mar, ha sido el primero en saltar del barco.

El miedo al agua de Tamara Gorro

El caso de Tamara, poco dispuesta a ceder tan fácilmente, ha sido distinto. Para echarle una mano, su pandilla le ha colocado una especie de tabla de corcho con poca sujeción para personas con miedo a las caídas. "Mi manera de meterme en el agua y mojarme", decía riéndose de su situación, pegando chillidos, saltando 'a la de tres, dos uno' y suplicando a su amigo Bruno que no la suelte.

"Esto se hunde", grita temerosa. Finalmente, una vez publicada "la santa foto", la Gorro ha querido que su esfuerzo sea recompensado. "Quiero comunicaros que la primera vez que me meto en el agua va a ser por vosotros. No sé por qué me ha dado ahora por la foto. Jamás me metí en el agua cubriendo. Qué agobio. Por vosotros, por la santa foto", ha confesado.