Amy Winehouse: un estilo único

BRITISH LINKING. La cantante ya llevaba ropa de Fred Perry antes de que la firma británica la llamase a colaborar la pasada primavera de 2010. La marca preppy dio entonces un giro trash a su estilo. Amy creó ropa como si fuera para ella misma: vestidos cortos, años 50 y con mucho escote. ¿Hará una colección homenaje?

LAS ETERNAS BAILARINAS. Eran de raso rosa, y Amy era adicta a ellas. Sobre todo en sus épocas más oscuras, cuando se peleaba con Blake y volvía a casa con ellas sucias de sangre. No eran de ninguna marca específica, simplemente zapatillas de bailarina.

TODA UNA PIN UP. Vestidos cortos, ajustados, con mucho escote y sin mangas (como mucho tirantes). Eran sus favoritos para subir al escenario, su "marca de la casa". Siempre recurría a modelos estilos años '50. Ya saben: retro y muy sexy.

BACK TO BLACK. Comenzó tímidamente a hacerse la raya en los ojos, pero en sus últimos años el grosor del eyeliner había pasado a ser único y característico en ella (¡hasta Kate Moss le copió!). Ojos exageradamente rasgados que combinaban a la perfección con su eterno moño. Y el resto del mundo la imitó.

EL MOÑO QUE CRECÍA. Quizá, para los que se han fijado menos en su estilo, el moño es lo más característico de Amy. Dicen que lo llevaba más alto cuanto más insegura estaba de sí misma, y siempre lo usó como elemento decorativo: desde el pin con el nombre de Blake hasta sombrillas de bebidas.

LA REINA DEL SHORT. Cuando adelgazó, no dejó de lucir pierna. A pesar del frío británico la cantante era frecuentemente vista con shorts. Cuando de verdad tenía frío los pantalones eran largos, pero absolutamente skinny.

SUJETADORES AL AIRE. Si hay algo de lo que no se puede acusar a Amy es de vergonzosa. A lo largo de los años nos regaló la vista de muchísimos sujetadores. A veces solo los tirantes, a veces un adivinar debajo de la camiseta y muchas otras directamente salía en sujetador. Desde luego, no dudó en ir sin ellos en varias ocasiones. Timideces las justas.