Claves de belleza que triunfaban hace décadas y que siguen siendo imprescindibles

En lo que a moda y belleza se refiere, las tendencias están a la orden del día. Pero últimamente y al contrario de lo que parece estar establecido, se están poniendo en valor las técnicas y procesos que hacen referencia al pasado: prendas vintage o artesanía en lo que a la aguja se refiere; y el empleo de productos naturales que bien podrían formar parte del neceser de nuestras madres y abuelas en el terreno ‘beauty’. Y es que, por mucho que la ciencia avance a pasos agigantados, no hay que subestimar el poder de los básicos, lo sencillo.

Varias generaciones atrás, los básicos del neceser se reducían a una buena hidratante, un perfume, un labial y un cepillo. Una belleza que se basaba en la adquisición de rutinas y en obtener conocimientos sobre los elementos que proporciona la naturaleza y que pueden beneficiar a la piel (desde el aceite de oliva para hidratar pelo y piel a los beneficios del agua, por ejemplo). Pequeños trucos fáciles de implementar que están más vigentes que nunca y cuya eficacia está demostrada. A continuación, recopilamos algunos de los más populares que no fallan.

Masajes con hielo para una piel tonificada

La técnica de masajear la piel con cubitos de hielo ha sido durante mucho tiempo un truco de belleza que los expertos respaldan. Este método, tanto en rostro como en piernas, ayuda a reducir la hinchazón, estimula la circulación sanguínea y puede dejar la piel con una apariencia más firme y tonificada. Por otro lado, recurrir al agua fría por las mañanas es otra enseñanza que nuestras abuelas seguían a rajatabla. Nada mejor para cerrar los poros, que la piel se vea más joven e iluminada, y se mejore la circulación sanguínea. Un ritual que se ha llevado a cabo durante generaciones que recomiendan los dermátologos con una puntualización: lavar el rostro con agua tibia y finalizar con un pequeño toque de agua fría.

Oda al aceite de coco

El aceite de coco ha sido durante mucho tiempo un secreto de belleza transmitido de generación en generación. Es perfecto para hidratar la piel, desmaquillar los ojos y dar brillo al cabello. Un esencial que, junto con el aceite de oliva, no puede faltar en cualquier neceser ‘old school’.

Mascarillas de huevo para la melena

Las mascarillas capilares hechas con huevo son una tradición que ha demostrado ser muy efectiva para el cuidado del pelo. Los expertos señalan que la combinación de huevos con ingredientes como miel o aceite de oliva puede nutrir profundamente el cabello, dejándolo suave, brillante y revitalizado.

Barra de labios para las mejillas

La versatilidad de la barra de labios es una alternativa que no falla y que se transmite de generación en generación. ¿Quién no ha utilizado alguna vez el labial para dar un toque de color a las mejillas? Aunque tu abuela te haya aconsejado pellizcártelas para lograr un rubor, -que en realidad es una vasodilatación en la zona-, este truco sigue siendo muy útil. Para lograr el mejor resultado, se recomienda aplicar el labial en tres puntos del pómulo, formando un triángulo, y difuminarlo con pequeños toques.

Perfume en zonas estratégicas

Es muy probable que al cerrar los ojos, tengas un recuerdo nítido del perfume que solía usar tu madre cuando eras pequeña. ¿Te preguntas cómo lograba que el aroma perdurara durante horas? La respuesta se encuentra en las áreas específicas donde lo aplicaba. Al hacerlo en regiones donde el flujo sanguíneo es más intenso, como la cara interna de las rodillas y codos, los tobillos y detrás de las orejas, el olor persistía más tiempo, ya que estas zonas son puntos de fricción que contribuyen a prolongar su duración.

No subestimes un buen cepillado

Un aspecto esencial para mantener la salud capilar que a menudo no recibe la atención que merece. Un buen cepillado diario es crucial para fomentar el crecimiento fuerte y saludable del cabello y estimular la circulación sanguínea en la zona. De hecho, los estilistas recomiendan seguir el método "abajo hacia arriba", que consiste en peinarlo en secciones más pequeñas desde la parte inferior e ir subiendo hacia el cuero cabelludo para prevenir la rotura.